Laing y la psiquiatría crítica
Su editorial del día 8 de agosto sobre la psiquiatría crítica de Ronald D. Laing contenía una serie de tergiversaciones de sus ideas, y errores de bulto sobre circunstancias de hecho que desearía rectificar. Estudié con Laing durante dos años a mediados de los ochenta y, aunque su persona no despertó en mí ningún entusiasmo por la combinación de rasgos atractivos con otros ferozmente destructivos, al menos debería respetarse el valor de su profunda y nunca refutada, aunque sí insultada y distorsionada, radical denuncia de la seudocientífica psiquiatría médica dominante.Su editorial empieza por confundir su nombre: Ronald D. se llamaba, que no David R. Luego, quizá confundiéndole con su colaborador en una época David Cooper, nos lo hace muriendo nada menos que loco en un manicomio. Pues no; Laing falleció de un infarto jugando al tenis en Saint-Tropez, demostrando, como ironizó Clancy Sigal, que la vida convencional es la más peligrosa. Por lo demás, el resto del editorial poco tiene que ver con sus actitudes en defensa de una visión interpersonal de la mal llamada enfermedad mental y de la creación de asilos en su auténtico sentido original: lugares de acogida y protección donde se puede experimentar el proceso de crisis emocional sin violencia ni diagnósticos invalidantes. La psiquiatría y la sociedad, como demuestra por enésima vez su editorial, siguen sin digerir sus críticas.-
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