La falta de medios obliga a un segundo empleo a los militares argentinos

El precio que han pagado los militares argentinos tras ejercer una dictadura que sometió al país en los años setenta, la derrota en la guerra de las islas Malvinas en 1982 y las consecuencias del asesinato de un soldado en un cuartel en los noventa ha sido altísimo. En los últimos años, el presupuesto de las Fuerzas Armadas se ha reducido al mínimo. La mayoría de los oficiales de baja graduación y los suboficiales se han visto obligados a buscar un segundo trabajo remunerado. El servicio militar obligatorio que debían cumplir los jóvenes de 18 años fue eliminado. Cada Ejército ha debido vender edificios y tierras para disponer de recursos extras. Las maniobras se realizan en los cuarteles. Los pilotos de la aviación militar practican sólo lo indispensable y la Marina casi no sale de los puertos.Hace sólo un mes, el presidente Carlos Menem anunció que la situación iba a cambiar. "En los próximos cinco años habrá un aumento del 15% en el presupuesto y a la vez podrán invertirse, en ese tiempo, unos 1.000 millones de dólares en el recambio de material obsoleto". Eso es todo lo que, oficialmente, tiene previsto gastar el país en compras de armamento.

Ser buenos vecinos

El jefe del Estado considera que Ia mejor política de defensa es tener buena relación con los vecinos". Menem se refiere especialmente a Chile, país con el que, por cuenta y orden de la dictadura militar, Argentina estuvo a horas de la guerra en 1978. Los conflictos de límites se han reducido ahora sólo a uno, que aún está pendiente de debate en los parlamentos, pero las Fuerzas Armadas de ambos países siguen excusándose en el rearme del contrario para pedir más presupuesto. Los ministros de Defensa y de Exteriores de Argentina y Chile acordaron recientemente que sus fuerzas militares, realicen maniobras conjuntas en el primer semestre de 1998. Se trata de un hecho histórico. Sin embargo, la buena noticia no fue bien recibida en los cuarteles que hicieron público su "malestar".

El ministro de Defensa argentino, Jorge Domínguez, ha reemplazado la "hipótesis de conflicto" con Chile por la "hipótesis de complementación", y niega que Chile haya iniciado una carrera armamentista en la que vaya a competir también Argentina, "se trata sólo del reemplazo necesario de materiales obsoletos".

A pesar de las buenas intenciones, los ministros de los dos países pedirán a un organismo internacional que elabore un índice fiable para la comparación permanente de sus presupuestos militares. Ambos sospechan que las cifras oficiales no son las que en realidad se invierten en la compra de armas. El ministro Domínguez y el canciller argentino Guido di Tella consideran que las medidas de mutua confianza adoptadas en conjunto con sus pares chilenos van a permitir que se pueda crear "la alianza de seguridad del Mercosur", según el plan que Argentina ya diseñó con Brasil.