Los cuatro hombres asesinados en Valencia fueron arrojados aún vivos a la acequia
Los cuatro hombres cuyos cadáveres fueron hallados el pasado martes en Valencia murieron ahogados en las aguas legamosas de la acequia donde fueron arrojados después de recibir una dura paliza, según han determinado las autopsias. Aunque las víctimas no han sido todavía identificadas, el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, afirmó ayer en Oropesa (Castellón) que todo apunta a que el cuádruple asesinato está relacionado con "un ajuste de cuentas" por un asunto de narcotráfico.
Sobre las exploraciones practicadas hasta ahora en el Instituto Anatómico Forense han trascendido pocos datos, ya que la juez encargada del caso, la titular del juzgado de Instrucción número 3 de Valencia, Beatriz Sobremonte, que reemplaza a su compañero del juzgado número 18, ha decretado el secreto del sumario.El pasado miércoles, además de realizar una amplia exploración radiológica, los forenses estudiaron las vísceras. Tras el examen de la primera víctima determinaron que había fallecido de forma violenta por un brutal apaleamiento y que tenía los pulmones encharcados.
Pero la nueva autopsia demuestra que la paliza que recibieron los cuatro hombres les dejó sólo malheridos. Los cuerpos hallados muertos en la huerta de Valencia el pasado martes fueron arrojados aún vivos a la pestilente acequia, que se convirtió así en una tumba de lodo y algas para ellos. Las autopsias han hallado en los pulmones encharcados de las víctimas el agua -cenagosa que tragaron antes de morir.
Fuentes próximas a la investigación insisten en la necesidad de identificar a las víctimas para poder avanzar en el caso, ya que no han encontrado testigos que presenciaran los hechos ni objetos que puedan aportar alguna pista en el lugar de los hechos.
Sin embargo, la obtención de las huellas dactilares de los fallecidos para poder identificarlos es muy complicada por el avanzado estado de descomposición de los dedos, según las mismas fuentes. Por ese motivo los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Valencia, han remitido muestras de los dedos mejor conservados de los fallecidos, varones de raza blanca de unos 30 años, al departamento de identificación de la Jefatura de Investigación y Criminalística de la Guardia Civil en Madrid.
La identificación podría complicarse si se tratase de inmigrantes ilegales que no están fichados por la policía. Las hipótesis de trabajo sobre la identidad de las víctimas incluyen la posibilidad de que sean extranjeros o personas desarraigadas de sus familias, ya que nadie ha reclamado los cuerpos ni ha hecho una sola llamada para interesarse.
Los investigadores suponen que los agresores pudieron ser personas que residieron en Valencia durante mucho tiempo, ya que demostraron un gran conocimiento de la zona de huerta de la pedanía de Pinedo, el lugar que eligieron para arrojar los cuerpos.
Las teorías más consistentes suponen que los homicidas pertenecen a una banda de narcotraficantes, que podría haber apaleado a las cuatro víctimas, como venganza y advertencia para otras personas.
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