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Conmoción en EE UU ante las imágenes de agresiones y torturas en una cárcel de Tejas

En cualquier otro momento, las imágenes en vídeo de presos apaleados por funcionarios de una prisión en Tejas (EE UU) habrían sido suficientemente repulsivas por sí mismas. Pero al producirse pocos días después de la tortura de un inmigrante haitiano en una comisaría de policía de que Nueva York, el caso ha conmocionado aún más al país. Los sucesos de Tejas (que remiten a septiembre pasado, pero que salieron a la luz el lunes) son objeto de una investigación del FBI, mientras en Nueva York, donde se ha detenido ya a cuatro agentes de policía por la paliza que dieron a Abner Louima, el Departamento de Justicia de EE UU quiere iniciar un proceso por violación de derechos civiles.

Tal como se ha podido ver por televisión en las últimas horas, la situación en el Centro de Detención de Brazoria, en los alrededores de Houston (Tejas) es de una violencia casi insoportable, que se agrava por la excusa que dan las autoridades: que en realidad se trata de un vídeo educativo para enseñar a los carceleros precisamente lo que no debe hacerse.En las imágenes, funcionarios de prisiones fuerzan a los internos a arrastrarse por el suelo como gusanos en fila india mientras les patean o les aplican descargas eléctricas. Uno de ellos, con el tobillo fracturado, avanza con la pierna en el aire, mientras otro se retuerce de dolor cuando un pastor alemán le clava los colmillos en la pierna y no suelta.

El vicejefe de la policía local, Charles Wagner, dijo que los incidentes demostraban en todo caso "falta de profesionalidad", pero nunca "brutalidad". Sin embargo, el director ejecutivo de Amnistía Internacional (Al) en EE UU, Curt Goering, afirmó sentirse "espantado" cuando vio el vídeo.

"Esto me hace pensar si no habrá cosas peores que no hemos visto, porque esas imágenes están editadas", dijo Goering en una entrevista telefónica. "No hay justificación alguna para aplicar violencia o amenazar con violencia. Exigimos que el entrenamiento policial se realice según las normas internacionales de derechos humanos". Goering cree que el episodio de Tejas apunta a un serio problema carcelario en todo el país.

La cinta fue obtenida por un, diario local que investigaba las alegaciones de violencia en ese centro penitenciario. Allí se alojaban más de 400 presos que el Estado de Misuri había transferido por falta de espacio en sus prisiones. Pero, al ver las imágenes, las autoridades de Misuri decidieron sacar urgentemente a sus presos en autobús, una operación que comenzó el mismo lunes.

Brutalidad policial

En Nueva York, los cuatro sospechosos de golpear al inmigrante legal haitiano Abner Louima a la salida de una discoteca, y luego llevarle a la fuerza a un cuarto de baño en la comisaría para meterle el mango de un- desatascador por el recto, son acusados de abuso sexual grave y agresión en primer grado. Además, el fiscal federal Zachary Carter anunció que estaba colaborando con la división de derechos civiles del Departamento de Justicia porque se trata de "un acto de depravación incomprensible dentro de una comisaría", del que los responsables "creían que saldrían impunes". Los hechos ocurrieron hace 10 días, pero si ahora se demuestra que hay violación de derechos fundamentales, el caso se convertirá en algo más que un incidente local con protestas de líderes civiles y vecinos.

El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y el departamento de policía están capeando un temporal de manifestaciones y denuncias en los medios, mientras que Louima ha demandado a la ciudad por 55 millones de dólares (alrededor e 8.500 millones de pesetas). Ahora Giuliani empieza a pagar a espectacular reducción de la delincuencia que ha conseguido en su mandato, a base, dicen muchos, de dar carta blanca a la policía en su trato con delincuentes y sospechosos.

El dinero que ha desembolsado Nueva York para compensar a víctimas de la brutalidad policial se ha triplicado desde finales dé los años ochenta, según un informe de Al publicado en julio del año pasado y que tanto el alcalde como el jefe de policía descalificaron. "Ahora, por fin, las autoridades se lo están tomando en serio", explicó Goering, "porque hay un caso claro de tortura que indica que el abuso serio va en aumento".Según, este alto cargo de Amnistía Internacional, en cuestión de brutalidad policial y carcelaria, "Estados. Unidos es muy parecido a países como Turquía, Rusia y, anteriormente, Chile: les pedimos que detallen claramente sus normas en ese aspecto, pero luego tratan de negar y descalificar los estudios independientes. La mayoría de los ciudadanos creen que viven en un país civilizado con un estándar superior a otros, pero tienen que quitarse la venda de los ojos y ver la evidencia que hay sobre cuestiones como el abuso policial y las ejecuciones dudosas".

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