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Un Iíder checheno lanza un partido para unir al Caucaso contra Moscú

Borís Yeltsin y Aslán Masjádov se reúnen hoy en Moscú, pero mientras los dos presidentes intentan normalizar las maltrechas relaciones entre Rusia y Chechenia, en la rebelde república norcaucásica, sólo nominalmente dependiente del poder central de Moscú, no dejan de surgir las provocaciones. La penúltima estalló la pasada semana, cuando el Parlamento de Grozni declaró al ruso idioma extranjero. Y la más reciente se produjo ayer mismo, cuando Zelimján Yandarbíev, uno de los líderes de la independencia, abrió el congreso constituyente de su Partido de la Confederación Caucásica, cuyo objetivo declarado es liberar a la región del "yugo del imperio ruso".

La nueva formación pretende "crear una unión de Estados independientes" que incluya a los países caucásicos de la antigua URSS oficialmente separados de ésta (Georgia y Azerbaiyán, aunque no Armenia) y a las repúblicas y regiones que aún forman parte de la Federación Rusa.De hecho, los delegados denunciaron como "poderes títeres" vendidos a Moscú a los existentes hoy en Kabardino-Balkaria, Karachaievo-Cherkesia, Daguestán, Ingushetia y Adigueia. En el congreso se exigió, además, que las tropas rusas salgan del Cáucaso inmediatamente, y que Moscú entregue a los "criminales de guerra que mataron a miles de civiles inocentes".

El partido podría ser uno de tantos que hay en Chechenia, y la afirmación de sus líderes de que el régimen ruso es el "más siniestro, traicionero e inhumano" que existe no pasaría de constituir una salida de tono más. Pero su constitución adquiere especial relieve por la presencia del vicepresidente checheno, Vaja Arsánov, y dos viceprimeros ministros.

Entre tanto, en Moscú, otro vicejefe de Gobierno checheno, en este caso el auténtico número dos MovIadi Udúgov, seguía debrozando, junto al secretario del Consejo de Seguridad ruso, Iván Ribkin, el camino para la cumbre de hoy. Las declaraciones de ambos sólo tienen de conciliador el tono, porque las posiciones se hallan a años luz de distancia: Chechenia quiere establecer relaciones diplomáticas y ser tratada como Estado independiente. Rusia se niega porque teme que eso sería la sentencia de muerte de una federación con fronteras, por el momento, estables.

La industria del secuestro

RibkIn y Udúgov se pusieron de acuerdo al menos en suscribir un protocolo que permitirá que los familiares de los soldados y civiles rusos desaparecidos en combate o secuestrados en Chechenia puedan integrarse en la comisión conjunta de investigación. La del secuestro es una de las industrias más florecientes de Chechenia, por delante incluso del contrabando. Las incontables bandas, fuertemente armadas, que no hace tanto luchaban por la independencia han encontrado aquí una magnífica forma de vida, ya que los rescates que se pagan han llegado a superar en algún caso los 100 millones de pesetas, una cifra astronómica en la región.

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Según Ribkin, hay 1.047 extranjeros secuestrados en Chechenia, entre ellos numerosos periodistas rusos y varios ciudadanos extranjeros, sobre todo norteamericanos, británicos y alemanes. El Gobierno de Grozni ha lanzado ofertas de anmistía y ultimatos varios. Casi siempre sin éxito, aunque ayer mismo la amenaza de un asalto inminente por una fuerza especial hizo posible la liberación en Grozni de dos periodistas de la televisión rusa, secuestrados desde el 11 de junio, y que fue posible gracias auna operación conjunta de fuerzas especiales rusas y chechenas. El día anterior, un comando asaltó la guarida de otra banda que retenía a un banquero checheno.

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