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LOS CRÍTICOS DE IU SE REBELAN

Ribó: "Lo más sensato ahora es pararle los pies a Anguita"

Enric Company

La perspectiva de una hipotética ruptura con Izquierda Unida plantea a Iniciativa per Catalunya (IC) un gravísimo problema estratégico: el de quedarse sin socio a escala general española. Pero ni el presidente de IC, Rafael Ribó, de 52 años, ni los restantes dirigentes se han arrugado ante las amenazas lanzadas por Julio Anguita de quedarse sin el concurso de IU en las elecciones autonómicas. Todos ellos están convencidos de que el fondo del problema no radica en las divergencias surgidas entre IU e IC en los dos últimos años, pese a que son graves, sino en las características del liderazgo de Anguita. Lo decisivo, según Ribó, es que Anguita "prefiere restar y dividir".Después de declarar que las amenazas nunca le han hecho cambiar de opinión política, Ribó explicó ayer las tres razones que, a su juicio, invalidan el liderazgo de Anguita en la propia IU. La primera es haber escogido "la vía de la división y la fractura interna" en vez de afrontar el debate con quienes disienten de él. Un proyecto político se construye en positivo, añade, "sumando fuerzas y multiplicando las potencialidades de cada una". Lo que Anguita hace, en cambio, "es llevar a IU a la ruptura, dividiendo y restando fuerzas".

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La segunda razón de Ribó está vinculada a lo que IC considera una creciente desorientación política del núcleo dirigente de IU, que le ha llevado a adoptar posiciones "erráticas" en cuestiones básicas, como la relación con los sindicatos de clase y, últimamente, respecto a Herri Batasuna, entre otras.

A estos dos elementos añade, como tercer gran error de Anguita, que IU está obligada a crear, en Galicia y Cataluña como en el resto de España, "un clima de entendimiento entre las izquierdas" que haga posible la alternativa a los Gobiernos de derecha.

A estas alturas, Ribó y los demás dirigentes de IC creen también que la situación es de difícil reconducción. "Desde febrero hemos pedido repetidamente reuniones con IU para resolver las diferencias", explica Ribó, "pero ha sido en vano. Por lo visto, lo que de veras preocupa a Anguita es llegar en diciembre a la V Asamblea de IU sin que nadie discuta su actuación. Es decir, habiendo eliminado de IU a quienes rechazan su liderazgo".

Algunos dirigentes de IC estiman desde hace tiempo que la relación con IU es ya "insostenible". El ex senador Pere Portabella lo reiteró ayer en una conferencia en la Universitat Catalana d'Estiu, en Prada de Conflent. Pesimista, vaticinó: "Habrá una separación que nosotros no deseamos y que tendrá resultados negativos para IC". Portabella cree que esta ruptura "definitiva" podría producirse en tomo a las elecciones gallegas de octubre.

En cambio, Ribó opina que no está nada claro que Anguita se atreva a presentarse en Cataluña a unas elecciones sin IC porque, a su juicio, tiene el fracaso asegurado. Los riesgos para Anguita son mayores si las primeras citas electorales son las municipales y las autonómicas, porque son comicios en los que pesa mucho el arraigo territorial de partidos y candidatos.

Los anguitistas son minoritarios en IC y en el seno de la organización no existe el caldo de cultivo para una fractura como la que dividió en dos mitades al PSUC en 1981. Quienes están dispuestos a convertirse en la base catalana de IU son los comunistas ortodoxos del PCC, pero esta pequeña formación ha cosechado también rotundos fracasos cada vez que ha ido a las elecciones sin aliarse con IC o con los socialistas, con quienes lo hizo en 1991.

"Nosotros tuvimos que aprender de la división del PSUC en 1981, a un precio muy alto, que la dinámica de la confrontación interna en los partidos es negativa y el electorado la castiga sin piedad". Por ello, agrega Ribó, IC "hace y hará todo lo posible para evitar la ruptura". En su opinión, "lo más sensato ahora, para evitar males mayores, es pararle los pies a Anguita".

Tras la división de 1981, el PSUC pasó de haber obtenido ocho diputados en las Cortes Generales en 1979 a uno en las elecciones de 1982. Y de 25 diputados autonómicos en 1980 a cinco en 1984. Una división ahora sería probablemente también funesta. Los dirigentes de IC están convencidos, sin embargo, de que aquellos a quienes califican como "los más brutos" del grupo dirigente del PCE e IU les es indiferente que IU no salga beneficiada de esa división con tal de que con ella se impida la consolidación de IC.

La ruptura sería también un contratiempo para la opción de alternativa conjunta de las izquierdas en Cataluña frente a Convergència i Unió (CiU) promovida por IC para las próximas elecciones autonómicas. Aunque Ribó confía en que, si la dinámica de confluencia se consolida, los perjudicados sean sólo los promotores de la fragmentación.

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