"Tenemos que echar a los que quieren acabar con la diversidad en IU"

Cristina Almeida observa desde su casa en Cala San Vicente, en el norte de Ibiza, el mar azul, plácido y mediterráneo. En el fondo, bajo el rocoso acantilado, las aguas corren revueltas, como en IU. Acaba de cumplir 54 años y en política ha pasado y sufrido de todo.Pregunta. ¿Cómo ha recibido los últimos mensajes de Anguita? ¿Como amenaza, desprecio, aviso o recomendación?

Respuesta. Con un poco de tristeza y desolación y como una amenaza. Porque estar haciendo ostentación de que la gente se vaya, de la expulsión, de la sanción, del espíritu de revancha..., y no del diálogo, me parece que es atacar directamente el proyecto de IU.

P. Dice Anguita que hace cuatro o cinco años que Nueva Izquierda está en espíritu fuera de IU y que no pasaría nada si se marchasen. Parece como si deseara su fuga y que se pasasen al PSOE. ¿Qué podría pasar si se van?

R. De momento, perdería viabilidad el proyecto de IU porque, aunque nosotros no seamos una parte determinante, somos una parte de los que sumamos y no de los que restamos. Nosotros no hemos dado votos al PSOE. Se los hemos quitado. A lo mejor ellos sí les han dado más con su política sectaria. Que nosotros somos una parte importante no lo digo yo. Me han convencido ellos, que me han llamado, que han estado interesados; que, cuando yo ya voté en otra legislatura contra Maastricht, me volvieron a llamar para ponerme.

P. ¿Cuál será el siguiente paso de Anguita?

R. Ellos piensan que todos nosotros no debemos llegar a la Asamblea Federal de diciembre para que se convierta en una especie de refundación comunista, con sus cuatro aliados para dar un poco de aspecto de pluralidad, y allí quitar a todo el mundo de emnedio y establecer un proyecto de uniformidad y de grandes adhesiones al líder.

P. ¿Los sectores que todavía apoyan a Anguita en IU lo hacen por sumisión o por miedo?

R. Quizá, por no ver las cosas claras, porque hacer una alternativa política es muy difícil, por el miedo a coincidir con nosotros sin estar totalmente de acuerdo y a separarse de los otros y caer en desgracia... Porque aquí lo que todo el mundo tiene es miedo a que en el momento en que se pronuncien vayan a por ellos. Debían tener en cuenta lo de cuando las barbas. de tu vecino...

P. ¿Todo se empezaría a arreglar, como primera da, si Anguita abandonara su cargo?

R. Las cosas no cambian porque cambie una persona, sino porque cambian las cosas, los programas, los caminos a donde se va, los comportamientos, las formas de hacer. Me hace mucha gracia que nosotros vayamos de Pepito Grillo de todo el mundo, de hacer a Felipe González responsable de todo, de pedirle que se vaya; y González se fue; y, aunque su marcha no cambiará todo, sí es importante porque ya era un lastre político. Pues en el caso de IU y de Anguita lo mismo digo. Hay veces que una persona no soluciona un tema, pero Anguita ha sido un obstáculo para la coordinación y la integración. Anguita ha sido el desintegrador de IU. Si se marchase, aunque no arreglaría todos los problemas, porque son de fondo, sí sería una coherencia en el comportamiento que ha llevado a esta situación.

P. Rafael Ribó propone una especie de rebelión de los críticos para reorientar IU.

R. No me parece una rebeldía negativa, sino la defensa que tenemos que hacer los que creemos en el proyecto de IU. No es un amotinamiento contra el jefe, sino de defensa de los ideales de IU. Hay mucha gente que lo vemos así. Si todos comulgamos en. que este proyecto va por mal camino, ay que hacer una defensa del proyecto, hay que hablar y rebelarse, y no hay que tener sentimiento de que como hable me van a echar. Tenemos que acabar echando a los que quieren echar al conjunto de la diversidad para crear la uniformidad. Tenemos que hacer que no sobre nadie en IU, pero que nadie pueda imponer la línea política sin el consenso de todos.

P. ¿Esta situación de crisis actual tiene solución desde dentro?

R. Me temo que, con los niveles que hemos llegado de desgaste, de ir a romper la organización como ha ido Anguita en Galicia y Cataluña, va a costar mucho arreglarlo sin llegar antes al más absoluto fracaso. Muchas veces la impresión que he tenido -que tuve en el PCE en 1981 cuando me expulsaron y me decían que era un submarino del PSOE- es que no es tan fácil que la gente dé marcha atrás. Prefiere hundirse incluso matando que intentando razonar. Habría todavía tiempo para no salir triunfantes en la miseria frente a todos los derrotados.