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Los inmigrantes ilegales se esconden durante días y a veces sin comida en los bosques de La Jonquera

Las zonas boscosas próximas a la frontera de La Jonquera (Girona) sirven de escondite a numerosos inmigrantes ilegales que esperan durante días, a veces sin comer y durmiendo al raso, la llegada de un vehículo que les transporte hasta el otro lado del paso fronterizo. Esta circunstancia, conocida por los habitantes de la zona y por las fuerzas policiales, fue confirmada ayer por Harin El Mustafa, uno de los presuntos ocupantes de la furgoneta que volcó en la tarde del viernes cerca de la frontera. El accidente permitió descubrir que en el vehículo viajaban al menos 11 inmigrantes indocumentados y que continúan operativas las redes de transporte de trabajadores ilegales a través de La Jonquera.

Los Mossos d'Esquadra, que advirtieron el accidente porque circulaban casualmente en ese momento detrás de la furgoneta por la N-11 en dirección a Francia, pudieron detener a siete de sus ocupantes cuando intentaban huir campo a través.Harin El Mustafa, identificado así por los Mossos d'Esquadra, fue uno de los inmigrantes que lograron escapar al cerco policial y alcanzar el bosque. Ayer por la mañana, un equipo de reporteros de la televisión autonómica catalana le encontró malherido en la misma curva donde el día anterior había ocurrido el accidente, lugar al que había regresado, probablemente en busca de ayuda.

El inmigrante, que aseguró que es de nacionalidad argelina, explicó que había estado dos días en el bosque esperando la camioneta que debía llevarle hasta Francia, aunque su destino último era Italia. A petición del propio Harin, los periodistas solicitaron la intervención de los voluntarios de la Cruz Roja, que llevaron al herido hasta el centro de asistencia primaria de La Jonquera, donde fue entregado a los mossos y quedó detenido.

Antes de pasar a disposición judicial, Harin El Mustafa deberá recuperarse en el hospital comarcal de Figueres de una fractura en la pierna izquierda y de las magulladuras que sufrió al huir tras volcar la furgoneta.

La policía no descarta que todos los ocupantes del vehículo hubieran sido recogidos en el mismo paraje momentos antes de ocurrir el accidente. El conductor, también de aspecto magrebí, según fuentes de la policía, logró escapar y ayer seguía huido.

Los restos de comida -principalmente fruta y latas de conserva- que se han hallado en el bosque próximo al lugar del accidente, un camino, vecinal situado a escasa distancia de la frontera, refuerza la hipótesis de que son numerosos los magrebíes que se ocultan allí a la espera de que les recoja el vehículo que debe conducirles hasta Francia después de haber abonado importantes sumas de dinero.

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Vecinos de la zona aseguraron ayer que desde hacía varios días veían circular por aquel camino la furgoneta que volcó el viernes. Los mossos explicaron que el vehículo, de marca Citroën Jumber y matriculado en Madrid, fue alquilado en Algeciras (Cádiz) a la empresa Atesa y su destino último era Italia.Las investigaciones judiciales, en manos del Cuerpo Nacional de Policía, se centran ahora en descubrir al responsable del viaje clandestino y si detrás de la operación se oculta una mafia de tráfico de inmigrantes ilegales.

Los detenidos se hallaban ayer en las dependencias de la comisaría de policía de La Jonquera a la espera de pasar a disposición del juzgado número 3 de Figueres. Durante el día de ayer, efectivos de la policía y de la Guardia Civil rastrearon las zonas boscosas próximas al lugar del accidente para localizar a los fugitivos.

Este suceso ha puesto de relieve que siguen operativas las redes de transporte ilegal de inmigrantes, descubiertas a raíz del accidente que sufrió en Capmany, el pasado mes de marzo, un camión en el que viajaban 17 inmigrantes magrebíes ocultos debajo de la carga. Once de ellos murieron aplastados.

Tras un paréntesis, motivado por el riguroso control policial que se desplegó sobre la frontera tras el accidente de Capmany, las mafias vuelven a actuar y el goteo de inmigrantes ilegales hacia Francia no cesa.

Algunas fuentes indican que el tráfico ha aumentado incluso en los últimos meses, aprovechando que el mayor tránsito de turistas a través de la frontera durante el verano facilita que los vehículos puedan pasar desapercibidos en los controles policiales.

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