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El jefe de seguridad de Yeltsin piensa que buscan su eliminación física

Alexander Korzhakov, ex jefe de seguridad del presidente ruso y su hombre de confianza durante 11 años, expulsado bruscamente en 1996 de los círculos de poder, presenta en su nuevo libro, Boris Yeltsin, del amanecer al ocaso, a un líder del Kremlin "sin máscara" y que sólo él conoce. El viernes saldrán a la venta los primeros 150.000 ejemplares del que promete ser un espectacular éxito editorial.Korzhakov reunió ayer en Moscú a más de 300 periodistas y aseguró que el círculo más cercano a Yeltsin, con su hija Tatiana al frente, y con el dinero de Borís Berezovski, número dos del Consejo de Seguridad, ha intentado sobornarle (se habla de 800 millones de pesetas) para que el libro no se publique.

El hombre de todos los secretos, tan odiado como temido cuando estaba en el Kremlin, testigo según él mismo de borracheras e incluso de intentos de suicidio de Yeltsin, explicó que el presidente pidió el mes pasado al jefe del Servicio Federal de Seguridad, Nikolái Kovaliov, que "resolviera el problema Korzhakov". En la jerga de los espías, eso podría significar incluso la eliminación física. Kovaliov se negó, y eso le costará muy probablemente el puesto, dijo Korzhakov.

"Yo no acuso a nadie, no soy un fiscal, tan sólo cuento mis recuerdos", asegura el ex jefe de Seguridad de Yeltsin, que confiesa que su objetivo fundamental no es la venganza ni el ajuste de cuentas, sino que "el pueblo conozca a sus héroes, a ser posible mientras estén vivos". Sin embargo, no niega que también le interesa el dinero. Incluso dio los teléfonos a los que hay que dirigirse para contratar los derechos de publicación en el extranjero.

Salario de diputado

Desde noviembre, dijo, no cobra su sueldo de general, rango del que fue despojado por el presidente, pero vive de su salario de diputado, tras ganar el pasado febrero el escaño dejado libre por Alexander Lébed, otro ilustre defenestrado por Yeltsin después de que le ayudara a ganar la reelección.Enemigo declarado del primer vicejefe de Gobierno, Anatoli Chubais, y de Tatiana, la hija de Yeltsin, que hace y deshace en el entorno presidencial, Korzhakov está especialmente obsesionado con Berezovski, al que relaciona con intentos de asesinar a rivales económicos y políticos.

El ex general no quiso dar demasiados detalles de su libro, aunque sí se refirió a uno de los más sonados incidentes protagonizados por Yeltsin: el plantón al primer ministro de Irlanda en septiembre de 1994. Hasta ahora, toda la culpa se la había llevado el vodka. Sin embargo, Korzhakov precisó ayer que, en realidad, el presidente sufrió un leve ataque al corazón, aunque "eso fue precedido por otra cosa". Esa otra cosa tenía, evidentemente, muchos grados de alcohol, porque las cámaras le filmaron a su llegada a Moscú en evidente estado de embriaguez.

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