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Las niñas de Carabanchel festejan la vuelta a casa tras declarar ante el iuez

Jan Martínez Ahrens

Saltaban, reían, se abrazaban. Estela García Achutegui y Nuria Muñoz Muñoz, las dos niñas de Carabanchel cuya fuga con dos muchachos mantuvo en vilo durante cuatro días a sus familias, celebraron ayer su vuelta a casa tras prestar declaración ante un juez de menores. "Hemos dicho toda la verdad", afirmaron las niñas, ambas de 13 años.

Rodeadas por su familia, fueron a un bar de la calle del General Ricardos y tomaron refrescos, comieron tapas y bromearon. "Estamos bien, pero no lo haremos nunca más", comentaban cogidas del brazo. Se las veía felices y recuperadas de los 1.500 kilómetros recorridos a bordo de cinco coches robados que las llevaron hasta Sesimbra, en la costa portuguesa. "Yo quería volver, pero me decían [Manuel García, de 16 años, y Juan Carlos B., huérfano de 14, ambos ya devueltos a los centros de menores de donde se habían fugado] que no sabían cómo", explicó Estela. Ninguna de las dos niñas sufrió daño alguno. "No las trataron mal", confirmaban los padres, quienes insistieron en que era absolutamente falso que las chicas hubiesen sufrido malestar alguno en sus hogares.

Estela y Nuria, sin perder la sonrisa, también recordaron el hambre pasada y el miedo que les daba la velocidad. Sobre el detonante de su escapada, explicaron que sobre la una de la tarde del pasado martes subieron al coche que acababan de robar los muchachos para visitar a un amigo, pero que su intención era volver a las dos de la tarde a casa para comer. En el trayecto, sin embargo, los chicos se desviaron hasta Segovia. Allí comieron unos bocadillos en casa de un amigo, a quien dijeron que habían llegado en autobús. Al terminar, eran las cuatro de la tarde. Ellas quisieron volver, pero los chicos les dijeron que esperaran al día siguiente. Y fue entonces cuando se disparó la fuga "Estaba enamorada de Juan Carlos", explicó con candor Estela. Amigas íntimas, "casi hermanas", las dos chicas aprovecharon la celebración para desvelar sus aficiones: el cine de terror, la música bakalao -"oímos mucho en el viaje"- y el dúo Ella Baila Sola. A sus padres, también contentos, les quedaba, sin embargo, la duda de qué hubiese pasado si el sábado en Sesimbra no se hubiese producido el accidente que acabó con la fuga.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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