Imponderables, patinazos y eufemismos
Cuando se remueven los intestinos de la ciudad a lo largo de 32 kilómetros, siempre hay algún detalle que escapa a toda previsión. Verbigracia, nadie había contado con que la OTAN eligiría los recintos feriales de Madrid para celebrar su cumbre. El impresionante despliegue de seguridad que vivió la ciudad incluyó un parón de siete días en las obras del metro del Campo de las Naciones.Sin llegar a tan altas cuestiones de Estado, el Liceo Francés, en Hortaleza, también fue involuntario causante de una demora de casi un mes. Resulta que el túnel de la prolongación de la línea 4 pasa justo por debajo del patio de dicha escuela, y los técnicos no quisieron arriesgarse al más mínimo desliz con varios cientos de niños jugando sobre sus cabezas. Y hasta el 20 de junio, inicio de vacaciones, no se reanudaron los trabajos.
Ya no tan anecdótico fue lo sucedido en Antonio Machado (línea 7), donde se eligió un trazado sin tener en cuenta que el túnel pasaba peligrosamente cerca de los cimientos de seis bloques. Las 86 familias afectadas protestaron, los técnicos no las tuvieron todas consigo y al final se optó por un nuevo trazado menos agresivo. Esta imprevisión ha costado sepultar bajo el asfalto más de dos meses de obras.
Para los curiosos quedan las estaciones que pudieron haber sido y no fueron. Ya nunca se imprimirán los nombres de Sierra Gador, Virgen de la Paloma, Barranquilla, Recintos Feriales, Ramón Carande o Vicálvaro Renfe, que finalmente han sido bautizadas Sierra Guadalupe, Valdezarza, San Lorenzo, Campo de las Naciones, Vicálvaro y Puerta de Arganda, respectivamente. Esta última denominación es una "Iicencia poética" de la consejería: la estación, en realidad, queda a las puertas de Rivas, no de Arganda.
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