La figura de Jiang crece a dos meses del congreso de los comunistas chinos
Una conferencia organizada el pasado fin de semana por el departamento de Propaganda del Partido Comunista chino (PCCh) ha sido el punto de partida de la estrategia informativa previa al XV Congreso del PCCh, que se celebrará el próximo octubre, y un serio revés para la facción más ortodoxa del órgano político, opuesta a las reformas introducidas a finales de los setenta por el fallecido líder Deng Xiaoping, seguidas ahora religiosamente por el actual presidente, Jiang Zemín.
Los ideólogos de izquierda, que ven peligrar su influencia y rechazan las reformas de mercado destinadas a impulsar la privatización para acabar con la pesada carga del deficitario sector público, tendrán poco que decir cuando los delegados de todo el país y los máximos dirigentes comunistas se reúnan en otoño para trazar el plan de desarrollo económico y social que lleve a China al siglo XXI.Recién llegados de su habitual retiro veraniego en el balneario de Beidaihe, en el noroeste del país, los líderes chinos han comenzado con fuerza una etapa que promete importantes cambios y un empujón decisivo a los temas más apremiantes del panorama político: reforma de las empresas estatales, lucha contra la corrupción y reunificación de Taiwán.
La conferencia del pasado fin de semana concluyó con una llamada a los cuadros para que "unifiquen sus ideas" con las proclamadas por Jiang durante un importante discurso pronunciado en la Escuela del Partido Comunista en mayo y que ha quedado como línea teórica a seguir en el congreso.
La agencia oficial de noticias Nueva China ha pedido a todos los cuadros que demuestren su lealtad con "acciones concretas" y, aunque no incluye críticas específicas a los radicales de izquierda, hace hincapié en la superioridad de las teorías basadas en el marxismo de Deng o su carácter pragmático y el "socialismo en etapa primitiva" citado primero por el defenestrado jefe del partido, Zhao Ziyang, en 1987, y por Jiang en mayo. Los conservadores sostienen que dichos conceptos minan la "base socialista" del país e insisten en que ese socialismo incipiente es en realidad un paso hacia la privatización.
Además de decidir un nuevo primer ministro que sustituya a Li Peng, quien debe retirarse del cargo por ley en 1998, es previsible que el congreso consolide a Jiang Zemin como líder indiscutible. El lunes, el partido lanzó el primero de una serie de artículos que detallan los éxitos de Jiang. Uno afirma que se ha mejorado la estructura mediante la sustitución de funcionarios por otros mejor formados y con talento.
En el pasado, la élite política era escogida según su clase social y credenciales comunistas. Pero los crecientes retos a los que ha dado lugar el desarrollo económico más veloz del mundo como es el de China, han puesto en tela de juicio su criterio y capacidad para contener los desórdenes sociales que se han ido generando.
Jiang es autor de la feroz campaña de limpieza ética que ha sacado a la luz los casos más graves de soborno, malversación de fondos y demás delitos de corrupción de altos cargos, proceso que promete recrudecerse una vez concluido el congreso de otoño.
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