"Mi boca es buscadora"
Es una estrella de las de veras, patentada en el cielo, donde reside. A veces, sólo por unos instantes, posa sus pies en el globo terráqueo y la secuestra la televisión para que brille su brillo en Todos los hombres son iguales; también, en un descuido, amancebó con el cine para crear Chevrolet, y el otro día, en el festival de Moscú la coronaron con el premio a la mejor interpretación. Luego, esta mujer piensa, escribe, sueña, mira al mundo con el impudor de la pureza enamorada...Pregunta. Así, sin conocerme, ¿me regalaría un libro o me invitaría A cenar?
Respuesta. Le llevaría a montar los caballitos blancos de los tiovivos de feria.
P. ¿Quiere saber cómo la homenajearía yo?
R. Sí, quiero saber.
R. Se lo diré al final.
P. ¿Qué es el vicio?
R. La ausencia de la virtud.
P. ¿Es del Madrid, del Atlético o de alguna congregación?
R. ¿Tengo que contestar
P. ¿Quién es usted?
R. Ya es demasiada ignorancia.
P. Si usted lo dice...
R. Sí, pero no saber es el mundo de la posibilidad.
P. ¡Qué bonito!
R. Creo que voy a terminar llorando en esta entrevista.
P. ¿Qué le parece más estrafalario: un reguero de agua sucia o un hombre agotado?
P. Todo eso me quita el halo puro de la vida.
P. ¿Qué idea tiene de este calor achicharrante de madrid?
R. El calor de Madrid es de humo.
P. Si encuentra a su paso unos calzoncillos sucios y un billete de 10.000 pesetas más sucio, ¿qué recogería?
R. Lo que más vuela.
P. ¿Y para qué?
R. Para sentirme viva.
P. ¿Va bien Moscú de salud?
R. Una salud muy ancha.
P. ¿Quiere decir algo eso?
R. Sin flores.
P. Si hoy resucitaran al mismo tiempo Stalin y Cristo y convocaran un mitin en la plaza Roja de Moscú, ¿a quién merendarían primero?
R. A Stalin; a Cristo no se le vería tanto.
P. ¿Por qué no la conocen a usted tanto como a Ronaldo?
R. Tengo vocación de anonimato.
P. ¿Llora cuando se queda sola?
R. Sí, mucho; es una manera de lavarse por dentro.
P. ¿Hay que creerse eso?
R. Sobre todo creer.
P. Vamos a hablar del Chevrolet: ¿qué es un Chevrolet?
R. Un coche viejo.
P. ¿Qué diferencia un Chevrolet de un coche de caballos?
R. El sueño americano del "me duele España".
P. En su película, el Chevrolet habla: ¿y usted con chopos?
R. Sí, a alguno le he pedido sombra.
P. Imagine que yo soy un chopo: pídame otra cosa.
R. Que me ame.
P. ¿Le entusiasma de verdad ser cómica?
R. Sí, si vivo la otredad.
P. ¿Es pedante?
R. No ¡Qué va!
P. Le voy a decir lo que a mí me haría dichoso en este mundo: el dinero. ¿Usted piensa bien del dinero?
R. No creo lo que dice usted.
P. ¿De quién piensa mal?
R. De mí misma, esos días rojos...
P. A mí, sus ojos me parecen dos manantiales de chicos de primera comunión: ¿me acerco a la realidad?
R. Eso no es posible, porque me está mirando con la espalda.
P. ¡Pues váyase usted al cuerno!
R. Toreemos juntos...
P. Pues de su boca diríase que es una buscona: ¡atrévase a decir lo contrario!
R. No. Buscadora,
P. En la tele rueda Todos los hombres son iguales: ¿no le parece fascinante?
R. No, un aburrimiento.
P. Si nos regalan un Chevrolet, ¿dónde me llevaría?
R. Ya sabe: los perros no se atan con longaniza.
P. ¡Bella metáfora!
R. Ancha como un ánfora.
P. ¿Preferiría vivir en Moscú o en una nube?
R. Vivo caminando.
P. Veo que usted necesita muchos hombres.
R. ¿Quién me garantiza a mí que (borroso lo siguiente).
P. ¿Qué es la Iglesia?
R. Lo contrario de la intemperie.
P. ¿Qué es el Estado?
R. Espero que me lo presente un día de estos
P. ¿Cómo son hoy las cortesanas?
R. Respóndame usted.
P. Yo quisiera que se parecieran a usted.
R. Me encanta que me haya presentado su espítiru burlón.
P. Elogio su ser más amado.
R. Gracias por ensimismarme.
P. Invíteme a concluir esta calurosa charla agosteña.
R. Le invito, le invito...
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