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El cese de Alavedra provoca una crisis del Gobierno catalán más amplia de lo anunciado

La crisis abierta en el Gobierno catalán a raíz del cese del consejero Maciá Alavedra cobró al final una dimensión superior a la anunciada días atrás por el propio presidente, Jordi Pujol. A las cinco de la tarde de ayer, hora en que Pujol dio por cerrada la crisis, tres departamentos y la secretaría general del Gobierno habían cambiado de manos. Los relevos se harán oficiales hoy. Artur Mas, hasta ayer consejero de Política Territorial, reemplaza a Alavedra al frente de Economía y da un nuevo salto en su meteórica carrera, convirtiéndose en un puntal básico del equipo de Pujol.

Artur Mas, un economista de 41 años, será desde hoy el número tres del Gobierno catalán, a renglón seguido del consejero de Presidencia, Xavier Trias.La apuesta de Rujol y de su partido por el flamante consejero de Economía confiere a este último un peso político enorme en el firmamento convergente. No en vano, el área financiera del Gobierno catalán adquiere una importancia estratégica con vistas a las próximas reivindicaciones nacionalistas ante el Gobierno central.

El también consejero Pere Macias, un ingeniero de 41 años, deja Medio Ambiente para sustituir a Mas al frente e Política Territorial, uno de los principales departamentos del Gobierno. Con este movimiento, Macias también mejora de forma sustancial su propia posición en el equipo de Pujol.

Joan Ignasi Puigdollers, un economista de 53 años y secretario general del Ejecutivo catalán hasta ayer mismo, releva a su vez a Macias en, la consejería de Medio Ambiente.

Los ascensos de Mas y Macias, ambos fogueados políticamente en el campo municipal, parecen satisfacer las tesis renovadoras impulsadas desde la cúpula misma del partido de Pujol. El propio Alavedra vistió la semana pasada su anunciado cese en el Gobierno catalán como un acto de contribución a la renovación dentro de las filas de Convergéncia; vestimenta que fue saludada al punto con entusiasmo por el secretario general del partido, Pere Esteve.

Estas declaraciones de Alavedra y Esteve pudieron acabar condicionando la decisión final de Pujol sobre el relevo en Economía. El presidente sopesó en algún momento la posibilidad de cubrir esa vacante con el consejero de Industria, Antoni Subirá, un miembro de la vieja guardia convergente. Pero al fin prevaleció la voluntad de fortalecer al joven Artur Mas.

Una vez adoptada esta decisión, Pujol aún barajó hasta ayer diversas opciones para acabar de cerrar la crisis de su Gobierno. El presidente dudó hasta última hora sobre cómo sustituir a Mas en Política Territorial. Además de la solución adoptada, Pujol tomó en consideración la opción de mantener a Macias en Medio Ambiente y encargar a Puigdollers Política Territorial. Otra posibilidad, en este caso para limitar a la mínima expresión la crisis, fue que alguien ajeno al Ejecutivo relevara a Mas.

Los perfiles de Mas y Macias, pese a sus. muchas coincidencias, no son en absoluto calbados. Pere Macias, ex alcalde de Olot, tiene una larga tradición como hombre del aparato del partido, con un gran peso en la organización territorial de Girona. Artur Mas, llegado a la política de la mano de Lluís Prenafeta y muy bien conectado con el entorno familiar de Pujol (especialmente con sus hijos Jordi y Oriol), es un fiel exponente de la camada de la chorros del pujolismo.

Hasta ahora, Mas ha desempeñado sus distintos cargos públicos, desde el grupo municipal de CiU en Barcelona hasta la consejería de Política Territorial, ofreciendo una imagen más técnica que política.

Imagen cambiante

Esta imagen, no obstante, presenta una clara tendencia a invertirse desde que Mas cuenta entre los posibles sucesores de Miquel Roca como candidato a la alcaldía de Barcelona en 1999. A falta de dos años para las elecciones municipales, el ascenso de Mas a número tres del Gobierno de Pujol igual podría añadirle que restarle posibilidades de suceder a Roca.La nueva posición de Mas podría apartarle de la carrera municipal y dejar el campo libre a los otros dos nombres que se barajan, el portavoz de CiU en el Congreso, Joaquim Molins, y el actual número dos del Gobierno, Xavier Trias. De ser este último el futuro candidato, Mas podría heredar su posición en el Ejecutivo y entrar de lleno en la línea sucesoria de Pujol.

O, por el contrario, el creciente peso de Mas en el Gobierno podría brindarle nuevas armas para librar en 1999 la batalla de Barcelona.

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