Marqueses
A mí me da lo mismo que los títulos de nobleza sean heredados por los varones, las hembras o el animal de compañía de la casa, ya que, siendo absurdos en sí mismos, no 'tienen por qué atenerse a ninguna lógica. Lo que me parece mal es que sean los jueces- quienes hayan de decidir tamaña estupidez. A estos señores los pagamos todos con nuestros impuestos y les sale el trabajo por las orejas, de ahí que la justicia sea. tan lenta y, en consecuencia, tan ineficaz. Si a todo lo que han de hacer les cargamos con la decisión de si el marquesado de la Lavativa debe pasar a la hija mayor o al hijo pequeño de los señores marqueses, apaga y vámonos.Las hijas de la nobleza, que han dedicado su vida a la conquista de las desigualdades más atroces, andan ahora esgrimiendo la equivalencia constitucional entre el hombre y la mujer para reivindicar el pergamino, el mote, el blasón, la bu tifarra, el infantado. Me parece muy bien, a condición de que no hagan perder el tiempo con sus querellas, a los funcionarios públicos. Que esta blezcan sus propios tribunales y entre ellas y ellos decidan si es más lógico testar a favor del caballo, del niño o de la niña. Lo del caballo podría estar bien; después de todo, se trata de un animal muy ligado a la aristocracia y cuyos servicios no han sido suficientemente reconocidos: en las estatuas ecuestres siempre le toca estar debajo del señor duque o la señora marquesa.
La nobleza tiene ahora una oportunidad de oro para demostrar su altura: de miras: en lugar de pelearse entre sí por los títulos, que se los cedan a sus bestias más cercanas, sobre las que llevan siglos cabalgando hacia ninguna parte. La sociedad les agradecería el detalle aunque los ecologistas protestaran. No se puede satisfacer a todo el mundo. De hecho, ustedes no entusiasman a nadie y ahí están.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.