_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nacionalismo(s)

¿Nacionalismo español ... ? Connais pas. A menos de que no quiera llamarse nacionalismo español a las portadas cómicas que, en ausencia del negrísimo y entristecido Mingote, el diario Abc rotula '¡España, España!' cada vez que salta al campo la selección nacional de cualquier cosa, o ,que un grupo de soldados desfila por el pueblo. ¿Nacionalista español ... ? Sólo un insulto, casi siempre eufemístico: lo mismo que cabestro, rancio o fascista, pero en el adecuado registro. Una delicadeza. Nacionalista... español es la única identificación del tipo que no puede llevarse sin vergüenza: se puede ser nacionalista gallego, vasco, andaluz, catalán, hasta se puede ser madrileño con la cabeza alta. Pero español..., ¡ah!, nadie asume alegremente ese delirio, semejante enajenación, ese molino tomado por gigante. ¿Vidal-Quadras? Aún no se ha entendido que lo suyo es una operación estética, un empeño en demoler -explosiva ironía- los últimos restos de la retórica lingüística imperial: basta con leer en voz muy alta y campanuda sus artículos para poder apreciarlo. ¿Una formalización del pasado? Tal vez. Pero el pasado es un suelo con puntas de vidrio: el gran Henry Kamen acaba de -demostrar -Philip of Spain, de acuerdo, peró ¿de qué España?- que Felipe II murió con una imagen de la Moreneta entre los brazos. ¿Una lengua? Una lengua es un mercado, dijo Jesús Royo. La más nítida producción de un, presunto nacionalismo español moderno es la Constitución de 1978: en 20 años, el Estado que la acata ha conseguido niveles de reparto del poder sin precedentes en Europa. ¿La prueba del nueve? Una, inspirada en Gombrowicz. Cójase una miscelánea de textos contemporaneos de los nacionalismos orgullosos. Donde pone Catalunya, Euskadi. o cualquiera, póngase España no habría razón ni estómago que lo resistiera.Una paranoia.

Un Joker.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_