Recuerdo al narcotráfico

El delantero de la selección colombiana Anthony de Ávila, que marcó el domingo el gol con el que su equipo derrotó por 1-0 a Ecuador en las eliminatorias del Mundial de Francia 98, dedicó públicamente su tanto a los capos del narcotráfico presos Gilberto y Miguel Rodríguez.En declaraciones al final del partido, De Ávila dijo: "Dedico este gol a todas las personas que por una u otra razón están privadas de la libertad, y cuyos nombres no vale la pena mencionar". De Ávila fue otra vez preguntado para que diera más detalles y aclaró: "Lo dedico a Miguel y Gilberto Rodríguez".

Los Rodríguez son conocidos como los líderes del cartel de la cocaína de Cali, y fueron apresados en procedimientos separados a mediados de 1995. Actualmente Gilberto cumple una pena de 11 años por narcotráfico, y Miguel una de 10 y otra de 23 por el mismo delito. Sobre ambos hermanos pesan varias solicitudes de extradición por los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá por cargos similares, pero la Corte Suprema de Justicia de Colombia denegó este año las solicitudes pues la Constitución prohíbe la extradición.

Gilberto y Miguel Rodríguez fueron propietarios del América de Cali, al que perteneció De Ávila, entre mediados de la década pasada y 1996. El año pasado De Ávila fue transferido al Metro Stars de Nueva York.

El fiscal general de Colombia, Alfonso Gómez, fue expresivo al calificar la dedicatoria: "De Ávila echó a perder con la boca lo que hizo con los pies". Su antecesor en el cargo, Alfonso Valdivieso, candidato a la presidencia, afirmó: "Colombia no merece un fútbol podrido". La ministra de Justicia, Alma Beatriz Rengifo, señaló: "Se debe respetar la libertad de expresión y sentimientos, pero al expresarlos siempre se debe tener en cuenta al país".

De Ávila trató ayer de defenderse de la lluvia de críticas que ha recibido por su gesto. "No quise hacer daño a nadie con mis palabras. Mi dedicatoria nació del corazón y no creo que afecten a la imagen internacional de Colombia". El futbolista tampoco teme los problemas que sus declaraciones puedan crearle en su actual club, el Metro Stars de Nueva York: "No le tengo miedo a lo que puedan pensar en Estados Unidos. Si cometí un error, Dios me juzgará y yo aceptaré el castigo. Me acordé de los, hermanos Rodríguez por unos consejos que me dieron cuando tenía 19 años, y quise compartir mi alegría con personas que pasan por un mal momento".