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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

EE UU

El artículo sobre la ola de conservadurismo moral en EE UU (El País Domingo, 6 de julio de 1997) sólo sirvió para demostrar una vez más que la cantidad de clichés y topicazos que los europeos tenemos sobre Estados Unidos sólo es equiparable a la cantidad de topicazos que tienenlos norteamericanos sobre Europa. O bien que el señor Valenzuela se acababa de leer el Libro Guinness de los récords, que produce el mismo efecto.

Quisiera hacer llegar a los lectores y editores del mencionado artículo que la realidad de un país del tamaño y complejidad de EE UU no se puede valorar de forma tan simplista usando sólo un filtro de moral europea. Me he pasado los últimos tres años corrigiendo deformaciones de visión sobre Europa que de forma similar se construyen en otros extremos del mundo sobre nuestra realidad. Mi única conclusión ha sido que esos juicios de valor no son siempre reconocidos, y cuando aparecen en un periódico sólo causan desinformación y siembran mayores prejuicios, vengan del lado que vengan. Son tan nocivos para las relaciones humanas como los tópicos sobre vascos, catalanes o árabes.

Permítanme tres consideraciones para que la gente pueda evaluar el artículo:

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
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1. Estados Unidos es un país de 259 millones de habitantes donde están representadas la mayoría de las etnias y religiones del mundo. Algunos Estados, como Tejas, tres veces mayor que España, tienen niveles de aislamiento totalmente desconocidos en Europa (y no me refiero a televisión o Internet, que de por sí presentan una visión deformada del mundo).

2. En una guía, de teléfonos de cualquier ciudad norteamericana hay, por lo menos, una página entera de tipos o ramificaciones de la Iglesia católica, varias páginas para la baptista.

3. La compleja articulación de un país de ese tamaño y diversidad produce normas éticas y de convivencia chocantes para un europeo, pero válidas y requeridas por los norteamericanos mismos, que al fin y al cabo son los que tienen que luchar por sobrevivir y compartir una sociedad y un ambiente geográfico que resulta extremadamente difícil para un europeo. Pensar globalmente implica, para los europeos, limpiar la mente del resto colonialista que nos hace pensar que sólo porque los "otros" hablen una lengua europea o tengan cierto color deben comportarse como nosotros o de alguna forma estereotípica que se nos ha pasado. Esto es cierto también, y debiera preocuparnos más cuando pensamos en África o en Asia.

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