Sorpresa e indignación

Hemos leído con interés, sorpresa e indignación el artículo publicado en su periódico el pasado día 15 de junio, en el que se realizaba una entrevista al señor alcalde presidente del Ayuntamiento de Madrid, don José María Alvarez del Manzano. Ante una pregunta sobre la justicia a la hora de actuar la grúa municipal, nuestro alcalde responde: "Me indigno cada vez que veo que el coche que se ha llevado la grúa es el más cómodo de retirar y no el que estaba peor aparcado". (sic) "También es injusto que cuando hay un acto oficial se retiren coches bien aparcados y luego se les cobre la grúa. Ya he dado instrucciones para estimar esos recursos".Señor alcalde: usted debería conocer, como máximo responsable de nuestra Policía Municipal, que cada día se presiona más y más a los policías para que se carguen grúas. Los policías municipales somos profesionales, conocemos nuestras obligaciones y la legislación a aplicar, pero también cumplimos las órdenes que nos dan, entre las que se encuentra la retirada de los vehículos bien aparcados antes de un acto oficial. Es decir, primero se nos ordena que nosotros los retiremos, nos enfrentemos a los conductores y demos la cara. Y luego sale usted diciendo que se estimen los recursos. ¡Qué bien queda!

No haga usted demagogia, señor alcalde. No ordene que se retiren los vehículos "bien aparcados" como usted dice y no hará falta estimar los recursos. No dude usted de la profesionalidad de sus policías y sobre todo no tire la piedra y esconda la mano.

Con sus declaraciones hace un flaco favor a unos profesionales que cumplen estrictamente con su obligación, y sobre todo que cumplen órdenes emitidas por sus superiores, que a su vez las reciben de usted.

Nosotros también nos indignamos cuando comprobamos que nos mandan hacer cosas para luego decir que somos poco profesionales porque retiramos los coches más cómodos y no los que están mal aparcados.

Y si de verdad quiere ver lo que ocurre, baje al ruedo y pase una jornada laboral con una pareja de policías municipales que tengan encomendado como único servicio cargar todas las grúas posibles.

Y si quiere rematar la faena, dígale al conductor, mientras le están cargando su coche, que no se preocupe, que ponga un recurso, que usted se lo va a estimar.Y, por favor, deje de jugar con el buen nombre de esta Policía Municipal, que cumple con profesionalidad, sacrificio y abnegación, que le precedió en el cargo y que, con toda seguridad, seguirá cuando usted se vaya.-