Al final hubo color
Una bonita tarde en cuanto a la atmósfera, pero que resultó sosa en parte por culpa de los toros, que no desarrollaron mucha casta y blandearon en exceso. Los pupilos de encaste saltillo no dejaron bien parada su leyenda de casta fiera y movilidad y dieron poco espectáculo en un domingo de cálida temperatura. Una tarde que se salvó en parte al final con un toro, el sexto, de unas primeras buenas arrancadas y templada embestida.Luis Parra Jerezano denota falta de contratos y se hace más notorio cuando los toros salen con problemas. Sus dos faenas de muleta las comenzó sin ninguna prueba de dominio y orientación, para ver cómo embestía el toro, en las dos tuvo que rectificar. Después intentó torear. Se estiró y mientras el toro quiso y pudo corrió la mano con discreción y cierto temple. En su primero se cayó en la cara del toro sin consecuencias, él mismo se hizo el quite con la muleta, y a continuación sacó del moreno silva algún natural estimable. En su segundo, los pases que tuvieron color fueron con la mano derecha, pero el burel se cansó pronto de la pelea y el trasteo fue enfriándose.
Moreno Silva/ Jerezano, Cámara, González
Toros de José Joaquín Moreno de Silva, bien presentados, flojos, de juego muy desigual. Luis Parra Jerezano: pinchazo bajo soltando, pinchazo sin soltar y estocada atravesada (silencio); pinchazo hondo soltando -aviso- y bajonazo (silencio). Fernando Cámara: pinchazo sin soltar -aviso-, estocada tendida contraria y descabello (silencio); pinchazo sin soltar y estocada (silencio). Cristo González: media baja atravesada a paso de banderillas (silencio); estocada caída ladeada con derrame (silencio).Plaza de Las Ventas, 6 de julio, media entrada.
Fernando Cámara no llegó a acoplarse en su primero y tan solo logró algún muletazo suelto. Aseo y pulcritud, poca cosa. En el quinto intentó sacarse la espina con un toro más manejable pero no vio claro el qué hacer, y todo se fue en pruebas un tanto de laboratorio.
Cristo González, en su primero se quedó inédito. El toro tuvo problemas, desarrolló sentidos y abrevió con habilidad.
En el sexto vimos los pases más enjundiosos de la tarde. Lástima que la faena de Cristo González fuera a menos. El toro tomó una primera buena vara y en la muleta se arrancó con nobleza y son, y el torero de Chiclana se lució en unos estéticos pases de la firma trincheras, así como en dos primeras series con la derecha. No hubo entendimiento sobre la mano izquierda, y la faena comenzó a marchitarse. Había recibido Cristo González a ese toro con templadas verónicas que fueron aplaudidas con justicia.
Novillada nocturna
El sábado por la noche, la primera oportunidad veraniega nos brindó una novillada de Alejandro Vázquez, bien presentada, de juego irregular y que en general fue deslucida. Los tres novilleros se presentaban en el coso venteño con picadores y pusieron todo su empeño torero en pos de agradar. Manolo Bejarano toreó bien de capote en los lances de recibo a su primero, con gusto y clásicas hechuras, y en el quinto consiguió una oreja por una faena de muleta que tardó en calentarse. Juan Manuel Benítez tiene buenas maneras y se le adivina sentido del temple, destacaron en sus dos faenas de muleta los pases de pecho al hombro contrario; la calificación fue de silencio y palmas. Eduardo Flores, que obtuvo ovación y palmas, respectivamente, sufrió una aparatosa voltereta y revolcón en el sexto, y nunca le faltaron las ganas y el querer hacer bien las cosas.
