Guía sanferminera
Cómo llegar, cómo salir. A la ciudad de Pamplona (Iruña) puede llegarse por tierra, mar y aire. El acceso más problemático es por mar. El rito iniciático de los sanfermines es un bautismo multitudinarío de cava en la playa consistorial. Las fiestas patronales se pasan en globo o en zeppelin. Conviene abandonar la ciudad con los pies en tierra y sobrio (la plaza es sometida a un férreo cerco de controles de alcoholemia).Dónde dormir. No es costumbre del lugar rendirse al arrullo de Morfeo. En caso de necesidad invencible, puede echarse una cabezadita en cualquier banco, pero ¡ojo! no vaya usted a pedir cama al Banesto. El igualitarismo sanferminero no llega a tanto.
Cómo correr el encierro. Con todos los sentidos y, en especial, con el menos común de los seis. Los peligros del encierro son las reses bravas y la masa de bravos corredores cuyas almas lleva el diablo. De las ganaderías, la más peligrosa es la de Miura; de entre los plusmarquistas, llevan fama de comportar mucho peligro los conocidos como divinos, expertos e imbatibles velocistas a los que los exagerados acusan de abrirse pista a mandobles.
Feria del Toro. En éIcoso pamplonés, el toro es el rey, pero manda el tendido de sol, copado por las peñas. Peñas arriba, todo el tendido es orégano, bacalao al pil-pil, sangría y harina lanzada a. costaladas. Desde la sombra se analizan las faenas con un Cossío. En el sol, la diversión es la misma con un roto que con un des- Cossío.
Algo de vocabulario autóctono. Casta: mozo que tiene gracia por arrobas. Pata: cafre cuyas gracias son muy tristes. Momentico: momento muy emotivo en el que el lugareño, al paso de una comparsa, procesión o desfile musical, naufraga en una dulzura contemplativa próxima a lo que los budistas llaman el nirvana. Guiri: alienígena venido de las tinieblas exteriores, al que se acoge con ostentóreas muestras de contento. Apartao: rendez-vous seudotaurófila donde se deja ver lo más florido de la beauty sanferminera. Vulcar el ambigú: ser poseído por la furia de Vulcano y volcar el tenderete (se vulca el ambigú, sin contemplaciones, ante la pretensión del sablista que reclama 5.000 del ala por un pollo at last).
Está en alza. Devociones, tradiciones de toda la vida y de última hora, purismo, telurismo y paisanaje. Recuperar las esencias con unas fiestas por, para y con los de casa.
Está a la baja. Hippismo residual, happenings, Hemingway.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.