El PRI teme el voto de castigo de los perjudicados por la crisis económica
El México profundo, al que no llega la riqueza que generan los frutos de la espectacular recuperación macroeconómica, pondrá a prueba al viejo sistema político del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que hace frente en las ]legislativas del domingo a varias asignaturas pendientes, todas ellas enredadas con una promesa incumplida hecha hace unos tres años en plena campaña por el hoy presidente Ernesto Zedillo: "Bienestar para tu familia". La factura puede ser alta: por primera vez en su historia de siete décadas de poder el priísmo puede perder la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Los mexicanos elegirán 500 diputados, 32 de los 128 senadores, cinco gobernadores y, por primera vez, alcalde de Ciudad de México.
Un especialista en asuntos económicos y financieros sostiene que la última crisis, la que estalló el 20 de diciembre de 1994, apenas 20 días después de que Zedillo asumiera la presidencia, "dejó de ser espectacular, pero sigue siendo muy profunda". En un abrir y cerrar de ojos, millones de mexicanos pasaron del sueño de convertirse en habitantes de un país del primer mundo, al que los llevó el ex presidente Carlos Salinas, a la pesadilla del "error de diciembre". En 1995, los problemas -que según Zedillo tuvieron un coste de unos 70.000 millones de dólares en términos económicos- hicieron que el Producto Interior Bruto (PIB) cayera en casi un 7%, que- el peso pasara de 3,50 a 7,0 por dólar, tasas de interés de casi 100% y, sobre todo, la pérdida de más de un millón y medio de empleos. Para enfrentar la catástrofe económico-financiera, Zedillo estableció un draconiano programa anticrisis, que tuvo un elevado coste social y que incluyó la pérdida de cerca del 30% del poder adquisitivo de los mexicanos. Las drásticas medidas rindieron rápidos y sorprendentes resultados, México corrigió sus problemas de balanza comercial y el déficit público, controló la inflación, bajó las tasas de interés y limitó la de preciación del peso frente al dólar. El crecimiento del PIB tuvo un repunte significativo, pero -de acuerdo con analistas privados- apenas permite que la economía se acerque a los niveles que tenía en 1994.El propio presidente ha dicho que falta mucho por hacer, pero que la recuperación va por buen camino. El ministro de Hacienda, Guillermo Ortiz, afirma que pronto el repunte de los indicadores macroeconómicos se verá reflejado en los bolsillos y las mesas de los mexicanos. El director del Centro de Estudios y Proyecciones Económicas de México (CAPEM), Antonio Castro Quiroz, afirma que la macroeconomía llega en un excelente momento a los comicios, pero con algunos puntos débiles. Al igual que otros analistas, descarta la posibilidad de graves problemas económico-financieros debido a un resultado adverso del PRI en los comicios, así como en que la Administración zedillista ha puesto las bases para. lograr un crecimiento sostenido del PIB, con baja inflación y finanzas sanas.
Castro Quiroz considera, sin embargo, que las exportaciones que han sido el motor de la recuperación, no pueden ser el sostén de toda la economía nacional, ni mucho menos del repunte de salarios y empleo. Sostiene que el Gobierno necesita, además de cumplir su meta de reanimar el ahorro interno, reconstruir las cadena productivas nacionales, derrumbadas por la acelerada apertura comercial, como punto de partida de la reactivación de la economía y consumo internos.
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