El presunto autor del crimen de Majadahonda dice que no recuerda nada
Antonio L. A., de 19 años de edad, apodado Toni el pelos, ha declarado a la Guardia Civil que no recuerda nada de lo ocurrido en la madrugada del sábado. Antonio L. A. es el principal acusado de la muerte de Fernando Bertolá, de 21 años, estudiante de tercero de Derecho.Bertolá fue apuñalado en el corazón a las dos de la madrugada del pasado sábado en una calle de Majadahonda por no querer apartarse de la acera para dejar paso a tres jóvenes, entre los que se encontraba su verdugo. La Guardia Civil detuvo a los tres presuntos agresores unas horas después. Los agentes localizaron a Antonio L. A. cinco horas después del apuñalamiento. Estaba en la discoteca Oh! Madrid, donde, según los investigadores, podría haber acudido para buscar una coartada. Antonio L. A. presta el servicio militar en Cáceres.
Sus dos amigos, óscar S. S., El Oso Yogui, de 20 años, y Faustino L. M., El Mechina, fueron detenidos en sus domicilios. De momento, ninguno de los tres ha prestado declaración ante el juez. Agentes de la Guardia Civil encontraron ayer en un camino apartado de la urbanización Azata, de Pozuelo de Alarcón, municipio vecino de Majadahonda, el arma que supuestamente se utilizó en el crimen, un cuchillo con el puño de madera y una hoja de siete centímetros, según indicaron ayer fuentes de la investigación.
Los agentes iniciaron la búsqueda del arma el sábado, para lo que examinaron los caminos existentes entre el lugar del crimen y la discoteca en la que fue localizado Antonio L. A.
El cuchillo, que aún tenía restos de sangre, ha sido enviado al laboratorio de Policía Científica de la 112 Comandancia de la Guardia Civil para conocer si están las huellas del presunto homicida.
Los presuntos agresores de Fernando Bertolá prestarán hoy declaración ante uno de los juzgados de primera instancia e instrucción de Majadahonda. Los tres jóvenes detenidos se encuentran apartados para evitar que hablen entre sí. Ayer se encontraban en los cuarteles de la Guardia Civil en Las Rozas, Majadahonda, y Colmenar.
Atemorizados
La violencia juvenil se disparó en Majadahonda el año pasado, según un informe policial
Según los jóvenes, los nazis se reúnen en la calle para beber e insultan a los chavales que pasan a su lado. "Nos llaman guarros por tener el pelo largo o por la ropa que llevamos. A veces tienes que hacerte el sordo y agachar la cabeza o salir corriendo directamente para evitar que te metan una paliza".Los lugares de encuentro de los grupos neonazis son los aledaños del centro comercial Tutti y la plaza de la Constitución, lugar donde murió Fernando Bertolá.
Decenas de amigos y jóvenes se reunieron ayer en el cementerio Sur para despedir a la última víctima de la violencia urbana. La incomprensión, rabia e impotencia presidieron el duelo. "No entiendo cómo por un trozo de acera se puede matar", señaló uno de los familiares.
Los compañeros del fallecido se quejaron por la falta de apoyo municipal para frenar la inseguridad: "Quieren restar importancia a un hecho que mira cómo ha acabado", indicó uno de los jóvenes.
El Delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, anunció ayer que durante esta semana estudiará la posibilidad de duplicar las sanciones por llevar un arma blanca u objeto punzante sin causa justificada. La medida elevaría las multas por este tipo de infracciones hasta las 100.000 pesetas.
El delegado pretende aplicar esta medida, si sus servicios jurídicos ratifican que es legal, de forma inmediata, ya que es competencia de su departamento y no habría que someterla a otro tipo de trámites.
Núñez Morgades se muestra preocupado porque muchos "jovenes siguen llevando navajas por la calle, como el joven que le quitó la vida a Fernando Bertolá en Majadahonda". "Tanto las campanas de concienciación que hacemos como las numerosas sanciones de 50.000 pesetas que ponemos todos los días parece que son insuficientes para que las personas se den cuenta del peligro que supone llevar una navaja, más aún si quien la lleva intenta con su posesión suplir carencias de personalidad", añadió.
A juicio de Núñez Morgades, las sanciones se ponen para "intentar prevenir y disuadir a las personas de llevar navajas y puñales pero, además, es necesario que haya un proceso de educación desde las familias y escuelas para evitar las agresiones".
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