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La reunión de Sharon con un jefe palestino aviva el recelo del ministro de Exteriores

La crisis del Gobierno israelí ha vuelto a su unto de partida. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha perdido de nuevo el respaldo del ministro de Exteriores, David Levy, y los diputados que le son afectos para poder remodelar hoy su Gabinete, como había previsto. La nueva cuña entre Levy y el primer minisitro es la reunión secreta, celebrada sin conocímiento del titular de Exteriores, entre Ariel Sharon y el número dos de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas.

Netanyahu, que quiere nombrar a Sharon ministro de Finanzas y miembro del gabinete de seguridad, había prometido a Levy que pondría a su disposición toda la información sobre el proceso de paz y que se encargaría de todos los contactos con los palestinos.Cuando parecía que todo estaba solucionado, Levy se ha sentido traicionado y ha desenterrado el fantasma de su dimisión. Ayer se negó a reunirse con Netányahu, para solucionar sus diferencias y se encerró con sus colaboradores para estudiar su posible abandono de la coalición del Gobierno. Esta crisis y la política de Netanyahu están dando fuerza al recién creado Movimiento para Adelantar las Elecciones, que el sábado congregó en Tel Aviv a centenares de personas contrarias a Netanyahu.

La entrevista entre el halcón del partido Likud y Mahmud Abbas contó con el beneplácito de Netanyahu, pero ha (tejado también en estado de conmoción a los aliados más conservadores del Ejecutivo. El ministro de Transportes, Isaac Levy, del Partido Nacional Religioso, se ha mostrado, preocupado, y los líderes (le otras formaciones menores aseguran que no salen de su asombro, pues hasta hace poco Sharon calificaba de terroristas a los miembros de la AP. El único satisfecho por la reunión parece ser el presidente palestino, Yasir Arafat, quien aseguró que este contacto puede servir para desbloquear el proceso de paz. El líder de la AP ordenó, además, reanudar las reuniones para coordinar las cuestiones de seguridad tanto con Israel como con EE UU.

Aunque en la biografía de Sharon predominan episodios de luto para los palestinos y afirmaciones de que Arafat tenía que ser eliminado, en el Consejo de Asentamientos en Cisjordania se recordaba ayer que él fue quien ordenó la evacuación por la fuerza de las colonias del Sinaí. La posibilidad de que el halcón haga un vuelo pragmático como paloma es lo que más preocupa a quienes hasta ahora eran sus defensores.

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