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Los socios de Kohl amenazan con una crisis si no se cumplen estrictamente los criterios del euro

La aplicación, más o menos estricta, de los criterios de estabilidad para la introducción de la futura moneda europea han desencadenado un conflicto abierto entre el canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl (CDU), y el presidente de Baviera, el socialcristiano Edmund Stoiber (CSU). Amenaza Stoiber con una "encarnizada resistencia" si Kohl abre la mano en el cumplimiento de los criterios de estabilidad; advierte que el 3% del producto interior bruto (PIB) de déficit, fijado por Maastricht, es un 3% "y ni una décima más" y amenaza con acudir al Tribunal Federal Constitucional si se pone en peligro la fortaleza del euro y "se estafa a los ahorradores alemanes".

La escala verbal de los ataques de Stoiber (CSU) contra su hermano político Kohl (CDU) recuerda enfrentamientos de los tiempos del fallecido político bávaro Franz Josef Strauss (CSU), con el agravante de que ahora no se trata de un asunto interno, sino que está en juego el futuro le la moneda europea. La CSU apoya nada menos que con 50 diputados la coalición que gobierna en Bonn. Stoiber afronta unas elecciones en Baviera en septiembre de 1998 y las encuestas ponen de manifiesto que la mayoría absoluta de la CSU se tambalea. Existe el peligro de que grupos a la derecha de la CSU le quiten al partido que gobierna en solitario desde hace décadas los votos de la mayoría absoluta, que Stoiber no está dispuesto a entregar. Y mucho menos como consecuencia de lo que atribuye a errores de Bonn.La reacción de la población alemana, que se estima en dos tercios opuesta al euro, influye sin duda en la postura de Stoiber, que niega actuar por motivos electorales. En una entrevista, publicada en primera página, el prestigioso diario conservador Frankfurter AlIgemeine, asegura que le mueve la inquietud por los ciudadanos que pueden sentirse estafados en lo conseguido en toda una vida de ahorro con un euro débil. Para Stoiber, si la CSU no defendiese sin condiciones la estabilidad, "sería la mayor ruptura de confianza en toda su historia". Le recuerda a Kohl que, a finales de 1992, ante Parlamento Federal (Bundestag), se pronunció, "de forma inamovible", por un euro fuerte, y advierte contra el riesgo de que, si no se cumple esa promesa los electores, decepcionados, no irían a la oposición socialdemócrata (SPD), sino a la extrema derecha.

Koffl se ha mantenido casi mudo ante los ataques, y más le vale, porque, cuando apenas se insinúa o filtra alguna expresión del canciller, Stoiber responde con una nueva andanada. Cada día son más las voces de la CDU que piden a Kohl que dé un puñetazo en la mesa y ponga fin a los ataques, pero el canciller prefiere callar. Curtido en enfrentamientos con el fallecido Strauss, Kohl sabe que cualquier reacción puede enardecer más a los bávaros. El canciller se ha limitado a expresar, de puertas adentro, su indignación por los "palos que le tira entre las piernas" Stoiber.

El delfín de Kohl, el jefe del grupo parlamentario, Wolfgang Schäuble, y políticos del socio de coalición, los liberales (FDP), han declarado que no se puede poner en peligro el euro por unas décimas de más en el déficit público. Los liberales (FDP) acusan a Stoiber de "populismo antieuropeo". El presidente del FDP, Wolfgang Gerhardt, declaró: "las reticencias secretas de Stoiber contra Europa ya se han convertido en abierta hostilidad. Las acusaciones del presidente de Baviera contra la introducción puntual del euro son pretextos que no tienen nada que ver con la racionalidad económica y mucho más con las elecciones de Baviera del año que viene".

Como si fuesen banderillas de fuego, Stoiber replicó que retractarse es la marca característica del FDP, y recuerda que también los liberales se manifestaron en 1992 por una aplicación "estrecha y estricta" de Maastricht. En dirección a Kohl, volvió a lanzar una nueva andanada en una reunión interna del grupo parlamentario de la CSU en el Landtag de Múnich. Según informaron participantes en la reunión, Stoiber declaró que él no tolera que Kohl le insulte, y dijo estar harto de que le califiquen de provinciano y populista, mientras que fuera, en los mítines, recibe "aplausos huracanados" cuando dice que hay que aferrarse al 3% en el criterio del déficit público. En otra ocasión Stoiber declaró que Kohl no es quién para dar instrucciones al presidente de Baviera.

Entre dos fuegos

Entre dos fuegos, cual convidado de piedra, se mueve el ministro federal de Hacienda, Theo Waigel. Por una parte, Waigel debe lealtad a Kohl, quien salió en su defensa el día de la moción de censura de la oposición y le calificó de "excelente ministro de Hacienda". Por otra parte, Waigel es un político bávaro y nada menos que presidente de la CSU. Claro que, ocupado en cerrar el presupuesto de 1998, que tiene que presentar el próximo 11 de julio, y en sacar adelante una reforma fiscal, apenas le queda tiempo para ocuparse de estas querellas.

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