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Blair ofrece un plan de paz para, el Ulster sin condicionarlo a la inmediata entrega de armas

El primer ministro británico, Tony Blair, demostró ayer su determinación para conseguir un acuerdo político en Irlanda del Norte presentando en el Parlamento un calendario para las negociaciones de paz, que se desarrollarán entre septiembre y mayo de 1998. Diez días después de asesinar a (los policías en el Ulster, el IRA volvió a escuchar de labios de Blair una oferta de díalogo, con la promesa de que el Sinn Fein, el partido de los provisionales, será admitido en las negociaciones sobre el futuro de la provincia a las seis semanas del anuncio de una nueva tregua del IRA.

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Blair propuso además que una comisión independiente supervise la entrega de las armas de los grupos paramilitares de Ulster, paralelamente a las conservaciones de paz.En su intervención de ayer en la Cámara de los Comunes, Blair dejó claro que su Gobierno desea "una solución pacífica y democrática" para el problema de Irlanda del Norte. De ahí que ni el atentado de la semana pasada ni el descubrimiento ayer por la policía de Ulster de dos rifles cargados con munición en un piso de las afueras de Belfast hayan impedido al líder laborista ultimar un plan de acción para el Ulster que desempolva todas las propuestas presentadas en enero de 1996 por la comisión Mitchell, dirigida por el ex senador de ÉE UU George Mitchell.

La más importante de todas, la que se ocupa del decomiso de las armas de los grupos paramilitares ha sido retomada íntegramente por los Gobiernos de Londres y Dublín con la bendición de la Casa Blanca, y viene a ser una solución salomónica entre dos posturas enfrentadas que han sido hasta ahora el mayor obstáculo para el avance de las negociaciones. De un lado, la del movimiento republicano, que considera inaceptable para el IRA entregar las armas antes de que se alcance un acuerdo político en Irlanda del Norte. De otro, la de los partidos unionistas, para los que es inaceptable la presencia del Sinn Fein en la mesa negociadora sobre el Ulster sin que el IRA haya entregado su arsenal. Las fuerzas políticas de Irlanda del Norte acogieron con cautela la propuesta, y el Sinn Fein reclamó más detalles antes de pronunciarse.

Esta tercera vía coloca el espinoso tema del decomiso de las armas de los grupos paramilitares en manos de una comisión independiente apoyada por dos subcomisiones, con la misión de supervisar la paulatina entrega de las armas, una de ellas, y con la de "restablecer medidas de confianza entre las dos comunidades enfrentadas", la otra. Tanto David Trimble, ]líder del mayoritario Partido Unionista del Ulster, como lan Paisley, el radical líder del Partido Unionista Democrático, pidieron a Blair explicaciones sobre el significado exacto del término "en paralelo". "¿Quiere esto decir que el IRA entregará las primeras armas nada más formarse la comisión y las últimas al términar sus sesiones?" preguntó Paisley. Blair insistió en que el desarme se produciría "durante el desarrollo de las conversaciones de paz".

Más allá de los tecnicismos, que se detallan en un documento de 12 páginas, Blair hizo público el contenido de una carta enviada en secreto al Sinn Fein tres días antes de que dos pistoleros del IRA mataran en Lurgan a dos policías la pasada semana En la carta, consensuada con Washington, Londres ofrecía una breve cuarentena de seis semanas al partido republicano antes de incorporarse a la mesa negociadora, donde están representados todos los partidos del Ulster, una vez que el IRA anuncie el alto el fuego.

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Desfase de credibilidad

Los términos de la carta siguen siendo válidos pese al último atentado, aunque Blair dejo claro que el IRA/Sinn Fein tienen que superar ahora "un desfase de credibilidad mayor", que el que existía antes del doble asesinato. El primer ministro repitió además al IRA/Sinn Fein que "el tren del acuerdo partirá sin ellos" igualmente.Los dos principales partidos de oposición en la Cámara, el conservador y el liberal demócrata, acogieron la propuesta positivamente. En el parlamento británico siempre ha existido consenso en lo tocante a la política de Ulster. Más díficil será obtener el visto bueno de los unionistas para los que la iniciativa presentada no pasa de ser una fórmula sofísticada para autorizar el acceso del Sinn Fein. Está por ver cual será la actitud del partido republicano, que el martes reclamó un nuevo encuentro con funcionarios británicos, a lo que ayer se negó Londres.

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