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Rojo pide un esfuerzo a los agentes sociales para asegurar que España se incorpore al euro

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, pidió ayer que se mantenga Ia perseverancia y el avance en las políticas de estabilidad, consolidación fiscal y liberalización económica que se vienen aplicando" para entrar en el curo. Aunque subraya que la marcha de la economía avala la posibílidad de que España esté en la moneda única al principio, Rojo, en su discurso al consejo del banco con motivo del Informe Anual, reclama a los agentes sociales un importante esfuerzo de adaptación "a las exigencias derivadas de una plena integración con las economías más potentes del continente".

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Unos resultados superiores al medio billón de pesetas

Las medidas emprendidas por la política económica española en materia de control del gasto y de la inflación, se han visto reforzadas por los efectos derivados del contexto general europeo y de la progresiva confianza de los mercados. Los resultados, en consecuencia, han sido muy positivos: el déficit público se ha reducido de forma importante (del 6,6% en 1995 al 4,4% en 1996); se han realizado mayores esfuerzos por flexibilizar la economía, la tasa de inflación ha descendido desde el 4,3% hasta el 3,2% en 1996 y ha bajado hasta el 1,5% en el pasado mes de mayo.No obstante, Rojo, que insiste en que hay que "perseverar" en esa política de "estabilidad, consolidación fiscal y liberalización económica", afirma que "no cabe esperar que la tónica reciente en la tasa de inflación se prolongue en los próximos meses". Según el gobernador, "queda poco margen para ello y no cabe excluir que algunos renglones erráticos del índice afecten a los precios de consumo al alza en algunos momentos", aunque las previsiones del Banco de España apuntan a que el IPC se mantenga por debajo del 2% en lo que resta de año y que se sitúe en la zona del 2% en 1998. "En definitiva", dice Rojo, "cabe confiar en el cumpliento cómodo del criterio de convergencia en esta materia en su sentido más estricto".

El problema del paro

Los buenos resultados macroeconómicos, sin embargo, no han conseguido mejorar la grave situación del paro. Esto indica, según Rojo, que las políticas económicas del área europea tienen que recorrer aún un largo camino en la tarea de "convencer" a las sociedades sobre el origen principal de sus dificultades actuales y de favorecer los cambios necesarios para lograr una reducción de los problemas estructurales que, a través de las "rigideces" en los mercados de trabajo y en los mercados de bienes, entorpecen el "juego flexible" de los precios y la reasignación de los recursos con efectos negativos sobre los niveles de empleo.En este sentido, el gobernador señala que el mercado de trabajo debe adaptarse para facilitar el ajuste de las plantillas a las necesidades de las empresas, estimular la movilidad del empleo desde los sectores en declive hacia los más dinámicos, acercar los crecimientos salariales a aquéllos que resulten compatibles con los avances de la productividad y con la situación competitiva de cada empresa y fomentar la inversión en capital humano "de forma que se haga posible la reconversión y adaptación de los trabajadores a las nuevas condiciones tecnológicas".

Rojo considera que, en estas circunstancias, el acuerdo interconfederal suscrito entre patronal y sindicatos hace unas semanas contribuirá a resolver estos problemas. "Pero todo ello requerirá también una flexibilización de los mercados de bienes y servicios, sin la cual el mejor funcionamiento del mercado de trabajo no podrá desarrollar plenamente sus efectos positivos sobre el nivel de empleo".

Rojo piensa que, aunque las elevadas tasas de paro en la UE puedan llevar a la tentación de buscar "soluciones simplistas" en incrementos de la demanda agregada, el proceso de avance hacia la union monetaria permitirá registrar tasas más altas y estables de crecimiento que favorezcan el empleo. "Lo que no parece posible", subraya el gobernador, "es que se pueda buscar con éxito un estímulo adicional de la demanda, la actividad y el empleo por la vía de las expansiones monetarias y fiscales". Y ello porque las situaciones fiscales de la gran mayoría de los países comunitarios son delicadas y porque las causas del desempleo actual en Europa no son primordialmente cíclicas sino estructurales. Así, las políticas de estabilidad deberán proseguir después de la constitución de la unión monetaria "para que ésta pueda consolidarse".

En ese sentido, la experiencia española "muestra la compatibilidad de las políticas de estabilidad y flexibilización de la economía con una mejora del crecimiento y de la creación de empleo". Y es que nuestra economía, según el informe anual del banco emisor, está aumentando este año su ritmo de crecimiento económico en torno al 2,8%-2,9%, mientras que el incremento del empleo se muestra acorde con la recuperación.

Al mismo tiempo, la política monetaria ha compensado el carácter restrictivo de la política presupuestaria con bajadas considerables del tipo de interés básico, hasta el 5,25% en el pasado mes de mayo, lo que ha extendido la rebaja del precio del dinero a toda la gama de tipos de interés y ha permitido mantener la peseta en un clima de "estabilidad notable".

Globalidad creciente

El Banco de España está convencido de que, en general, las economías que han alcanzado mejores resultados en los últimos años tienden a coincidir con aquéllas más liberalizadas y más flexibles o que han realizado un progreso mayor en esa dirección, "lo que parece mostrar que, en un contexto de creciente globalización, la capacidad de adaptación es una condición básica para impulsar el crecimiento económico.En consecuencia, Rojo cree que Europa, a pesar de que las políticas de convergencia han conseguido eliminar obstáculos para acceder al euro, se ve afectada por una serie de inflexibilidades que reducen su capacidad de ajuste a las nuevas condiciones de la economía mundial -bajas tasas de crecimiento, elevadas de paro y otras perturbaciones derivadas del desmoronamiento del bloque soviético- que "dificultan los avances tecnológicos, desvían las inversiones hacia otras áreas geográficas, desalientan la creación de empleo y acentúan el peso soportado por las cuentas públicas".

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