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España dará el si a la OTAN en julio si logra un acuerdo sobre Canarias

Miguel González

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN que se celebrará en Madrid el 8 y el 9 de julio no aprobará la nueva estructura de mandos aliada. Sin embargo, el Ejecutivo español aprovechará la cita para difundir una declaración unilateral anunciando formalmente la futura integración militar española, siempre que se cumplan algunas condiciones. La principal es que se logre un acuerdo previo sobre el papel de Canarias en la futura estructura y, en particular, sobre el control de las aguas entre la Península y el archipiélago.

En medios de la Alianza Atlántica se da por descontado que la cumbre de Madrid no podrá aprobar, en contra de lo inicialmente previsto, la futura estructura militar. Grecia y Turquía mantienen sus diferencias sobre el reparto de mandos en el Mediterráneo oriental y el nuevo Gobiemo francés de izquierdas no parece en condiciones de renunciar tan rápidamente a la aspiración, compartida con el presidente Jacques Chirac, de que el mando sur de la OTAN lo ocupe un europeo, lo que resulta inaceptable para Estados Unidos.Durante la reunión celebrada en Bruselas por los ministros de Defensa aliados, el pasado día 12, el norteamericano William Cohen ni siquiera abordó la nueva estructura militar, admitiendo tácitamente que el asunto ha quedado aplazado al menos hasta el Consejo Atlántico de diciembre próximo.

Pese a ello, el Gobierno no se resigna a que la cumbre de Madrid no sea la de la plena integración de España en la Alianza Atlántica y por eso prepara una declaración unilateral en la que anunciaría formalmente la incorporación española a la futura estructura militar.

La difusión de esta declaración dependerá de que para el 8 de julio hayan quedado satisfechas las principales aspiraciones españolas respecto a la estructura militar integrada. Los ministerios de Exteriores y Defensa, bajo la tutela directa de Moncloa, trabajan contra reloj en la consecución de un acuerdo, especialmente sobre el punto más espinoso de la negociación: el control de las aguas entre la. Península y Canarias.

La declaración española se basará en un documento, elaborado por el Estado Mayor Internacional (IMS) de la OTAN, que reflejará el estado actual de las negociaciones sobre la futura estructura militar, detallando aquellos aspectos en los que ya hay consenso y soslayando los puntos de controversia.

El comunicado final de la cumbre de Madrid "tomará nota" del documento del IMS, previamente aprobado en Bruselas por el Comité Militar y el Consejo Atlántico a nivel de representantes permanentes.

Si dicho documento recoge sus principales reivindicaciones, el Gobierno español tendrá argumentos suficientes para anunciar la plena integración. El procedimiento sólo tiene un punto débil: que el texto será puramente descriptivo y no supondrá ningún compromiso, ya que en la OTAN funciona el principio de que nada está acordado hasta que todo está acordado, por lo que podrían reabrirse en el futuro asuntos consensuados ahora.

En principio, España ha obtenido ya el respaldo (le sus socios para que en territorio español se instale un nuevo mando subregional aliado, de carácter combinado (multinacional) y conjunto (de los tres ejércitos). También se ha aceptado que desaparezcan todos los mandos de cuarto nivel; entre ellos, el Instalado en Gibraltar (Gibmed).Respecto a Canarias, la OTAN acepta, como pretende España, que el archipiélago dependa del cuartel aliado español, ya que no se puede obligar a ningún país a dividir su territorio entre varios mandos. La cuestión está en los límites entre el, submando español y el portugués o, lo que es lo mismo, entre el mando aliado europeo (Ace) y el atlántico (Aclant), ambos dirigidos por militares norteamericanos.

España, con el apoyo del comandante supremo para Europa, con sede en Mons (Bélgica), defiende la necesidad de que haya continuidad geográfica entre la Península y Canarias.

En su versión más ambiciosa, esta pretensión supone correr hacia el Atlántico la actual frontera, del mando europeo, formando una bolsa que partiría del Estrecho y englobaría Canarias. En su versión más modesta, se trataría de trazar un pasillo marítimo hasta las islas.

Portugal se opone a recortar la zona dependiente del mando de Lisboa, que llega hasta el trópico de Cáncer, con el respaldo del comandante supremo para el Atlántico, con sede en Norfolk (Virginia, EE UU), que quiere tener acceso directo al norte de África y proyección hacia la zona caliente de Oriente Medio.

Como máximo, acepta mover hasta Ayamonte (Huelva) la frontera con el mando europeo, que actualmente pasa por Barbate (Cádiz), cediendo a España el control del acceso oriental al Estrecho. Con esta fórmula, tanto las Canarias como sus aguas circundantes dependerían del submando español, pero el archipiélago quedaría como una burbuja en medio del Atlántico.

En los últimos tiempos se barajan alternativas que minimicen la importancia de la frontera entre los mandos, sin llegar a eliminarla. Entre ellas, la creación de una zona de interés común para el mando europeo y el atlántico, que incluiría Canarias. No obstante, se da por sentado que, debido a su carácter naval, el cuartel de Norfolk actuaría casi siempre como mando principal (supported) y el de Mons, fundamentalmente terrestre, como subordinado (supporting).

Para desbloquear la negociación no se descarta que, a última hora, se plantee alguna nueva propuesta, sustancialmente distinta a las anteriores.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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