"La televisión exige el mismo compromiso que el cine"
Hacen bromas recordando las cámaras negras del cine. Con una sólida carrera en el campo cinematográfico, Imanol Arias y Emma Suárez interpretan a Mario y Elena en Querido maestro, la serie televisiva de Tele 5 que se despide mañana hasta septiembre, mes en el que se iniciará la emisión de otros 13 capítulos. Con una cuota de pantalla acumulada desde el inicio de su emisión (el pasado 1 de marzo) del 29%, Querido maestro ha luchado con dignidad por un lugar destacado en la audiencia de los lunes. Pero la audiencia no ha determinado nunca el trabajo de estos dos actores, que defienden con orgullo su trabajo en el medio televisivo. "La televisión exige un compromiso tan fuerte como el cine. No se puede desprestigiar a una actor por hacer televisión", dice Emma Suárez. Ella, que ha vivido un suculento año de cine. A su lado, Imanol Arias asiente.Pregunta. ¿Esperaban este éxito?
Ernma Suárez. Si no hubiera confiado, no la hubiera hecho. Tenía todos los ingredientes, la escuela, los niños, Imanol, una trama de amor, en guiones limpios.
Imanol Arias. A lo mejor, por inconsciente, siempre pensé que iba a ir muy bien. La sorpresa ha sido quizá el número de espectadores, teniendo en cuenta sobre todo que la serie apenas arranca. Hasta ahora se han visto unos personajes, quiénes son, dónde viven y cómo se relacionan; falta el nudo y el desenlace.
P. El éxito parece siempre imprevisible. Pero ¿es más previsible en televisión que en cine?
I. A. Yo creo que sí, aunque en la televisión se empeñen en decir que no. La gente ve lo que quiere desde su casa, no tiene que coger un taxi o el coche.
E. S. La gente ve muchísimo la televisión, o sea, que el éxito está casi garantizado a nada que hagas algo con una mínima calidad, porque a la gente le cuesta mucho moverse de su casa e ir al cine.
P. ¿Por dónde va a transcurrir la historia a partir de septiembre?
I. A. Lo más importante es que van a empezar a pasar cosas. Ya conocemos quiénes son los personajes, dónde viven y cómo se relacionan, cuánto se quieren y por qué. Y a partir de ahí, la vida de estos dos seres, que no son una piña, les va a ir llevando por caminos distintos. Ése es el cambio. Podía existir la tentación de ver cómo se lían estos dos personajes, pero creo que es más interesante ver cómo crecen por separado.
E. S. Los guiones son abiertos. Hasta este momento, lo que hemos estado haciendo Imanol y yo ha sido adaptamos el uno al otro, motivamos y plantear una serie de ideas.
P. Entonces, ¿han podido hacer aportaciones?
I. A. No como guionistas, sino como actores. Tenemos unos muy buenos guionistas, pero, al trabajar en solitario, no les resulta fácil acertar con tu arco dramático y con todas las dependencias para una serie televisiva. Creo que si se les ayuda, en el mejor sentido, que no es imponer, sino dar una idea de lo que eres tú, les facilita la tarea.
P. ¿No creen que la serie descansa casi exclusivamente en la presencia de dos actores de prestigio y descuida algo la trama?
I. A. En honor a los guionistas hay que decir que en la primera parte tenían la necesidad de transformar guiones italianos. De alguna manera, los guionistas han vivido un poco entrampados. A partir de ahora habrá que abordar cosas interesantes; por ejemplo, la escuela, que es una de las grandes protagonistas de esta serie y que hasta ahora es la gran desconocida. A la escuela se le va a dar un determinado espacio y un tiempo.
Hay que entrar en materia. Hasta ahora hemos hecho esgrima, pero sin sangre, en el mejor sentido. Hay que ir dejando que los actores se escondan más en los personajes.
P. Sinceramente, ¿han estado pendientes de la audiencia?
E. S. Para nada. Me gusta que la serie vaya bien, pero, para mí, lo fundamental es mi trabajo de cada día, los guiones, los personajes y el resultado definitivo del capítulo. El tema de la audiencia les corresponde ajos responsables de Tele 5.
I. A. La audiencia nunca ha determinado nuestro trabajo, ni en forma de autocensura ni por parte de responsables de la cadena. No ha habido ninguna interferencia.
P. Entonces, ¿no se hacen concesiones a la audiencia?
E. S. No, no.
I. A. La mayor presión es el tiempo El hecho de que hay que hacer un trabajo en siete días, que es muy justo. Es el tiempo el que más condiciona el trabajo de un actor en televisión, pero es un condicionamiento con el que hay que aprender a trabajar. La Bienal de Venecia ha demostrado que ese condicionamiento de tiempo en la televisión ha sido utilizado por los artistas como un elemento novedoso dentro de la creación artística. Dentro de ese margen hay que encontrar la fórmula y el equilibrio entre los elementos artísticos y el tiempo.
P. Parece que los actores que trabajan en televisión tienen que ir pidiendo perdón al resto de la profesión.
E. S. Sí, eso parece. Hay prejuicios. La televisión parece como que está mal vista y que un actor de cine tiene mucha más categoría si se limita exclusivamente a hacer personajes de cine. Se supone que la televisión te quema, algo con lo que no estoy de acuerdo. Cuando hay un buen resultado y un buen trabajo, uno interpreta igual en televisión que en cine; cambia la mecánica del trabajo y el medio, pero te implicas exactamente igual en el personaje. Pero, de todas maneras, uno tiene que estar por encima de lo que dicen los demás y hacer lo que uno cree que debe hacer.Yo estoy orgullosa del trabajo que estoy haciendo con Imanol y estoy aprendiendo un montón haciendo televisión. El primer día que grabamos, temblaba. Uno tiene la misma inseguridad siempre, ya sea en cine, televisión o teatro. Tienes que ser honesto contigo , y cuando eres actor tienes que ser capaz de interpretar en cualquier medio, siempre y cuando las historias que estás contando te gusten. La televisión te exige más responsabilidad, es un compromiso tan fuerte como el cine. No se puede desprestigiar a un actor por hacer televisión.
I. A. De ser así, los actores caeríamos en la autocontemplación y nos consideraríamos limpios haciendo sólo de Camus.
P. O sea, que uno no hace televisión únicamente por dinero.
E. S. Si te dejas llevar, sólo lo haces por dinero, pero lo importante es luchar cada día por lo que estás haciendo.
I. A. Es como una orquesta grande, en la que uno puede ser un mero instrumentista que se limita a seguir o que, por el contrario, aporte algo.
P. ¿Se caen mitos en la televisión?
I. A. Si hay un gran mito que se cae es la palabra. Cuando llegas y ves que tienes 16 páginas ... ; en el cine, cada frase es un mundo. En la televisión se consigue mucha verdad en muy poco tiempo.
E. S. A mí, lo que más me ha costado es que no pasaba nada. Acostumbrada. a interpretar personajes comprometidos, ambiguos y complicados, intentaba hacerme preguntas, indagar, buscar, y el director me decía: "Emma, que no estás haciendo Medem [Julio Medem]".
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