La Fura convertirá 'La condenación de Fausto', de Berlioz, en una fundición
El grupo teatral inaugurará el Festival de Salzburgo de 1999
Habían recibido la propuesta, pero el pasado miércoles por la noche, en Barcelona, Gérard Mortier encargó formalmente a los responsables de La Fura dels Baus la inauguración del Festival de Salzburgo de 1999 con una nueva producción de la ópera de Berlioz La condenación de Fausto. Una producción que Álex Ollé y Carles Pradisa, como responsables artísticos del grupo teatral, ya tenían, para sorpresa del director del Festival de Salzburgo, muy pensada. Tan pensada que Mortier abandonó ayer Barcelona con los bocetos de la escenografía y el vestuario y un amplio escrito con los conceptos del montaje bajo el brazo. Un montaje lleno de simbolismo en el que La Fura convertirá La condenación de Fausto en una gran fundición.
"Tenemos mucho respeto por esto de la ópera, pero ya le estamos perdiendo el miedo", dijo ayer a este diario Carles Pradisa. Las experiencias del grupo con la cantata de Falla La Atlántida, el pasado verano en el Festival de Granada, y con la cantata escénica de Debussy El martirio de san Sebastián, este año en la ópera de Roma y en Cagliari, han aportado seguridad a los responsables de La Fura dels Baus, que con la ópera de Berlioz quieren cerrar una etapa para abrir en el año 2000 otra con el estreno de un espectáculo músico-teatral completamente nuevo para el que ya han encargado la música al compositor José Luis Turina y el texto a un libretista.Huyendo como siempre del realismo, La Fura ha ideado para La condenación de Fausto un montaje lleno de simbolismos. La obra, cuyo estreno se ha previsto para el 24 de julio de 1999, se ofrecerá en el Felsenreitschule, un teatro de Salzburgo situado en una antigua escuela de equitación excavada en una montaña. "Nos habían ofrecido un teatro convencional, pero nosotros elegimos este otro porque es perfecto para el montaje que queremos hacer", explicó Padrisa.
La Fura convertirá el enorme escenario de este teatro, de unos 40 metros de ancho y 15 de profundidad, en una fundición que ellos sitúan en un espacio que a la vez es una mina y un refugio. "Queremos jugar con la dualidad y por ello antes de iniciarse la representación sonaran unas sirenas que se oirán en todo Salzburgo. Las sirenas pueden ser a la vez las que anuncian un bombardeo y las que avisan a los trabajadores del inicio de la jornada laboral", dice el responsable del grupo teatral.
Berlioz sitúa la trama de la ópera, basada en el Fausto de Goethe, entre Hungría y Alemania, pero La Fura la descontextualiza situándola en un país indeterminado de Europa en la época de la II Guerra Mundial. Y así explican su concepto de la obra: "El escenario será una enorme fábrica y en su centro habrá un cilindro que representará el horno de una fundición en la que los mineros ciudadanos que ocupan el refugio depositarán, como en una cadena de trabajo, los minerales-almas. Del horno irán surgiendo los moldes que encierran en su interior sus otros yoes".
Partiendo de este concepto, La Fura hace que Mefistófeles, el agente Satán, y Margarita, la amada, sean los otros yoes de Fausto. "Fausto se resiste a introducir en el horno su alma; pero cuando lo hace, del molde surge su parte oscura, que es dual: la tentación y el lado femenino".
La Fura cuenta con el escultor Jaume Plensa para diseñar la escenografía y el vestuario, y Mortier está cerrando el reparto. Kent Nagano se encargará de la dirección musical, y participarán la Orquesta Filarmónica de Viena, el tenor estadounidense Paul Gloves como Fausto y la mezzosoprano búlgara Vasselina Kasarova como Margarita. El papel de Mefistófeles está todavía por adjudicar, pero Mortier negocia con el barítono belga José van Dam.
Babelia
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