El misterio de 'Garganta Profunda apasiona a EE UU 25 años después
"Ha llegado la hora de que sepamos quién es Garganta Profunda; sería vergonzoso que se llevara su secreto a la tumba" dijo ayer el senador republicano Howard Baker, vicepresidente delcomité que estudió el caso Watergate. Hoy, en el 25 aniversario del robo que desencadenó el escándalo político más monumental de la historia de EE UU, la identidad de Garganta Profunda es uno de los secretos mejor guardados.
El sábado 17 de junio de 1972, cinco individuos fueron detenidos por un guarda privado cuando saqueaban la sede de la campaña electoral del Partido Demócrata en Watergate, un feo complejo hotelero y de oficinas a la orilla del río Potomac, en Washington. El incidente, que pasó desapercibido durante meses, se convirtió en un terremoto a partir del momento en que Garganta Profunda dio pistas a los reporteros de The Washington Post Bob Woodward y Carl Berstein sobre la relación con el mismo de la Casa Blanca del republicano Richard Nixon.Dos años después, el 9 de agosto de 1974, Nixon dimitió ante la certidumbre de que el Congreso iba a autorizar su impeachement o destitución. Pasó el resto de su vida arrastrando la vergüenza de ser el primer presidente forzado a abandonar la Casa Blanca. Algunos de sus colaboradores, entre ellos el fiscal general John Mitchell, tuvieron peor suerte al ser juzgados, condenados y enviadosa prisión. El pasado otoño, las cintas grabadas por Nixon sobre Watergate fueron desclasificadas y confirmaron la grosería verbal, el antisemitismo y la suciedad política del expresidente. Sin embargo, la identidad de Garganta Profunda, pseudónimo tomado de una famosa película pornográfica de la época, es conocida tan sólo por cuatro personas: el interesado, los dos reporteros y su director, Ben Bradlec.
Numerosos artículos y debates en toda clase de Soros rememoran estos días el caso Watergate. En uno, el ya jubilado Bradlee ha reiterado que sus dos periodistas sólo revelaran el nombre de su fuente cuando ésta haya muerto. ` Ése", dice,les el acuerdo que tienen, pero, por supuesto, Garganta Profunda puede liberar de ese compromiso a The Washington Post en cualquier momento".
En los últimos cinco lustros, se han puesto diversos nombres a Garganta Profunda, pero todos los mencionados han rechazado las especulaciones. Entre ellos figuran Alexander Haig, jefe de gabinete de Nixon; Patrick Gray, alto cargo del FBI aún en funciones; John Dean, el consejero de la Casa Blanca que testificó contra Nixon en las sesiones del legislativo sobre Watergate, y la periodista Dianne Sawyer, entonces en el equipo de prensa de. la Casa Blanca.
"Yo creo que el nombre Garganta Profunda resume a varias fuentes diferentes", dice Leonard Garment, abogado de Nixon. "En el entorno del presidente, hubo, como mínimo, un par de Pavarotti. Garganta Profunda es un villano".
Políticos, analistas y medios de comunicación coinciden en señalar que Watergate cambió el curso de la historia norteamericana. La pérdida de credibilidad de la hasta entonces sacralizada figura del presidente, el cinismo del pueblo respecto a la política y los políticos y la libertad de investigación y crítica de los medios, son los principales legados del escándalo.
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