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EL AGRIDULCE DÍA DESPUÉS

"He demostrado que no soy un capricho de Valdano"

Raúl dice sentirse por fin liberado tras ganar su segunda Liga y consolidarse como la estrella del Madrid

Mábel Galaz

Resuelta la Liga de las estrellas nadie parece dudar que Raúl se ha convertido en el jugador a destacar del equipo campeón. La Liga de Ronaldo ha terminado por ser la de Raúl. Pero es el propio Raúl quien tenía alguna duda al respecto. Todavía no ha cumplido los 20 años y celebra el segundo título de su carrera como una especie de liberación: "He demostrado que no soy un capricho de Valdano y siento estos colores como el que más. Era una rabia que tenía muy dentro de mí y que ahora me he sacado".¿Qué dudas podía tener Raúl si nadie sospechaba de él? Según Raúl, había gente que ponía en entredicho su talento. Según Raúl, había gente que dudaba de su madridismo. Según Raúl, algunos estaban convencidos de que el tiempo le pondría en su sitio. Por eso, este segundo título es tan importante para él. "Este título lo siento más mío porque he participado más".

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Así es como para Raúl esta Liga es diferente por muchos motivos. Y uno de los motivos es el Barcelona. "A este título le doy más valor porque lo hemos ganado al Barcelona, nuestro eterno rival. El otro fue ante el Deportivo y no es lo mismo. La gente también lo siente así. Este ano se había hablado mucho de la Liga de las estrellas y del Barcelona, por eso que el título sea para nosotros es algo muy importante para la gente. Todos hemos sufrido mucho. Ha sido un campeonato muy largo con 22 equipos".

Raúl se siente distinto desde hoy. Ha hecho sus cuentas y ya no le debe nada a nadie. Por su cabeza pasan los recuerdos de este largo campeonato, pero sólo parece servirle un hecho: ha conseguido demostrarle a los demás quién es Raúl. Un amigo le dijo tras aquel día de gloria en el Calderón, cuando consiguió un gol que todavía es recordado: "Te va a cambiar la vida. Esto va a ser un punto de inflexión en tu carrera". Pero no le creyó: "Le dije: 'déjame en paz, ya tengo yo suficiente con todo lo que se me viene encima, con el jaleo de la prensa, para que ahora me vengas tú con eso de que ya nada será igual'". Pero, él insistió: "Acuérdate de lo que te digo". "Conforme ha pasado el tiempo he de reconocer que un poco de razón sí tenía", dice Raúl.

Pero su vida, como le advirtió su amigo, es distinta. Un centenar de personas le aguardan cada día tras los entrenamientos, en los atascos de Madrid los conductores aprovechan para bajarse del coche a pedirle un autógrafo. Y él todavía planea marcharse de vacaciones a una playa de la costa española sin saber que en cuanto extienda la toalla será rodeado por una muchedumbre.

Los buenos recuerdos de Raúl de esta temporada van ligados a sus partidos contra el Atlético y los malos a los que tuvo como rival al Barcelona. "Sólo les pudimos ganar en el Bernabéu. Nunca lo olvidaré. Durante esa semana estuvimos todos con Mijatovic. Nos conjuramos para ganar el partido para su hijo. Estábamos muy motivados como siempre que jugamos contra el Barcelona pero quizá más en esa ocasión porque un compañero lo estaba pasando mal y queríamos ganar para él. La noche salió como queríamos: Suker marcó primero y le dedicó el gol y cuando él marcó recuerdo que todos fuimos a abrazarnos con él. Incluso Bodo IlIgner". Esa noche Raúl no marcó y tampoco pudo hacerlo en el Camp Nou, por eso en el vuelo de regreso de Barcelona se refugió en un asiento trasero con cara de pocos amigos. "Era algo muy personal. Estaba muy enfadado. De nuevo me iba sin hacerle un gol al Barcelona. Es un reto que tengo pendiente para la próxima temporada".

La tarde en que el Real Madrid cayó derrotado en San Mamés, Raúl llegó a temer lo peor. "Faltaban 30 minutos para el final y me dije: 'ya no hay nada que hacer, sólo descansar y pensar en el Extremadura'. Hasta ese momento no pensé que podíamos peder la Liga". Ni siquiera lo pensó cuando el Madrid navegó por difíciles momentos internos.

El vestuario estalló en Vallecas y más tarde en Alicante. "Ante el Rayo llegó la primera derrota. La caseta estaba desilusionada y triste. Pero nos vino bien. Fue una cura de humildad que nos sirvió para comprender que cualquier equipo nos podía ganar si jugábamos como hicimos ese día. Se dijo que hubo lío en el vestuario, hubo comentarios, se discutió porque la gente llegaba quizá un poco más alterada. Son cosas que pasan. En Alicante también hubo lío. El entrenador tiene su carácter y hay que respetarlo. Pero lo bueno es que se le puede decir lo que se piensa y luego todo se olvida".

El día que el Madrid jugó ante el Hércules, Capello llamó "estrellita" a Raúl y le preguntó delante de sus compañeros: "¿Es que está usted cansado? veo que no corre la estrellita". La respuesta fue rápida: "Marqué el 2-3. Ese gol ha sido uno de los más importantes de la temporada. Fue mi respuesta a Capello. Se lo devolví. A mí si me pinchan soy capaz de dar vuelta a cualquier cosa por salirme con la mía". También recuerda el que hizo al Valencia de su amigo Valdano, por el que Mijatovic le obsequió con una colonia de Versace.

Raúl con el tiempo se ha convertido en defensor de Fabio Capello: "Ha sido un gran entrenador. Venía de ganarlo todo con el Milan y la gente quería desde el principio que, además de ganar, jugásemos bien al fútbol y eso, además de difícil, no se logra todos los días. El fútbol ahora además es fuerza física y presión, no sólo espectáculo. Capello, además, nos ha cambiado la mentalidad, nos ha hecho ser un equipo campeón. Por eso hemos ganado la Liga".

Así habla Raúl de su segunda Liga con el Real Madrid. A partir de ahora ya no le debe nada a nadie.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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