La policía refuerza su presencia tras los últimos incidentes callejeros
El Cuerpo Nacional de Policía ha reforzado sus efectivos en Melilla tras la cadena de actos delictivos de los últimos días, que se saldaron sólo en la tarde-noche del lunes con un muerto y cuatro heridos, uno de ellos grave, en cinco episodios diferentes. Los sucesos, protagonizados por inmigrantes ilegales, no están relacionados entre sí, pero ponen de manifiesto que los niveles de inseguridad han crecido de forma alarmante en una ciudad de algo más de 60.000 habitantes, que deja pasar por sus fronteras diariamente a cerca de 2.000 marroquíes.
La gran mayoría de éstos se adentran en Melilla con el objetivo exclusivo de trabajar o comerciar en la ciudad. A ellos se añade la presencia permanente de unos 60 inmigrantes centroafricanos y alrededor de 100 argelinos.
La pasada semana, uno de estos inmigrantes ilegales fue detenido acusado de violar a una joven melillense, a la que además robó todo lo que encontró de valor en su domicilio. Pero lo que ha provocado la determinación del delegado del Gobierno, Enrique Beamud, de llamar a Interior para solicitar refuerzos policiales son los hechos que se sucedieron entre las cuatro de la tarde del lunes y la madrugada del martes. Cinco altercados que se saldaron con la muerte de un marroquí, el ingreso en estado grave de otro en la UVI con la yugular seccionada, y, tres personas más heridas de consideración, una de ellas un niño de 14 años natural de Marruecos que recibió una paliza a manos de un grupo de compatriotas.
A las dos de la madrugada del martes, la policía disolvió a un grupo de argelinos, que viven a la intemperie desde hace dos semanas, cuando se dirigían a su antiguo centro de acogida para ajustar cuentas con quienes habían sido sus compañeros.
El delegado del Gobierno ha convocado para hoy una junta extraordinaria de seguridad ciudadana y ha anunciado el aumento de los controles policiales.
