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Aznar insistirá en la mejora económica y González en la merma de libertades

El Gobierno y la oposición mostrarán a la ciudadanía puntos de vista radicales sobre la situación de España. En el debate sobre el estado de la nación, que se inicia mañana, José María Aznar pondrá el énfasis en la buena marcha de la economía, y Felipe González lo dirigirá hacia "el ataque a las libertades" y la "ruptura de las reglas del juego". La visión optimista la expresó ayer el portavoz del Ejecutivo, Miguel Angel Rodríguez, al anunciar que Aznar pondrá de manifiesto que España atraviesa el mejor momento del decenio tanto desde el punto de vista económico como social.

"España es un punto de referencia inexcusable en la Unión Europea", llegó a afirmar ayer Miguel Ángel Rodríguez en un encuentro organizado por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). Rodríguez, que reflejó un enorme optimismo, manifestó que la construcción europea y la oferta de diálogo a los partidos sobre esta cuestión y otros temas de Estado serán algunos de los ejes de la intervención del presidente del Gobierno.Por su parte, el PSOE señala que "el Gobierno ha desatendido la oferta de diálogo para defender los intereses nacionales".

El portavoz del Ejecutivo llegó a poner a España como ejemplo para Europa: "El resto de Europa está tomando nota de que desde el diálogo es posible cumplir los criterios de Maastricht y a la ver crear empleo y mantener el Estado del bienestar".

También destacó Rodríguez la estabilidad del pacto con los nacionalistas y admitió que uno de los objetivos del Gobierno en el debate sobre el estado de la nación es conseguir un mayor apoyo de los partidos nacionalistas. "Se ha coincidido con ellos en el noventa y tantos por ciento de las votaciones", dijo.

Rodríguez quiso restar importancia a que la recuperación de la relación con los nacionalistas sea debido a los recientes traspasos de competencias del Gobierno central a la Generalitat catalana -Tráfico, Inem, la financiación sanitaria- y la modificación del Concierto Económico, solicitada por el Gobierno vasco. "Los pactos no funcionan a golpe de transferencia" ni el Gobierno "está sacando conejos de la chistera", afirmó, sino que los acuerdos alcanzados "están escritos y firmados, presentados a la opinión pública desde el primer día". Luego, añadió que existe un "acuerdo ideológico" con los partidos nacionalistas.

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Oferta desatendida

Mientras Rodríguez expresaba estos puntos de vista, la comisión ejecutiva federal del PSOE debatía sobre la situación política. El secretario general del PSOE, Felipe González, no ha cerrado su discurso, sino que aprovechará el margen que hay entre la intervención del presidente del Gobierno, José María Aznar, y la suya para preparar la réplica.

Eso sí, en la ejecutiva de ayer se habló de "ruptura de las reglas del juego", "amenaza de las libertades" e imposibilidad de consenso en algunas materias. "La oferta que hicimos el Gobierno la ha desatendido", dijo el secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, después de la reunión de su partido.

"Aquella pretendida imagen de centro se ha disipado en un año", dijo Ciscar. Como anécdota significativa, hizo referencia a una entrevista concedida por el presidente del Gobierno a distintos periódicos europeos en la que dijo que España y Alemania constituyen "el último bastión de la derecha".

Por otro lado, el presidente del Congreso, Federico Trillo, mostró ayer su confianza en que el debate permitirá recuperar "la serenidad y la amplitud de miras que merece un acontecimiento del que estarán pendientes todos los ciudadanos".

Trillo formuló un llamamiento a la calma, ya que, en su opinión, "no sería bueno que sobrevolara el debate una dialéctica con posiciones tan enfrentadas como las que se mantuvieron la semana pasada. "Sinceramente", dijo "no creo que ése deba ser el tono

Se refería al debate del jueves pasado sobre la creación de tres comisiones de investigación (sobre el GAL, las relaciones del Gobierno socialista con los medios de comunicación y el abuso de poder del Ejecutivo popular respecto a éstos), en el que se puso de manifiesto una gran agresividad, fundamentalmente entre el PSOE y el PP.

Para corroborar sus posiciones institucionales, Trillo declaró ayer que se reafirma en todo lo que dijo en la entrevista publicada el pasado domingo en EL PAÍS. "No he dicho nada nuevo y he mantenido lo que venía diciendo acerca de las responsabilidades políticas, que deben diferenciarse de las penales", explicó. "Me ha causado un cierto asombro la reacción que ha producido y eso revela que en las últimas semanas el clima de tensión impide ver con claridad ciertas cosas que son elementales".

En esa entrevista Trillo defendía que "las responsabilidades políticas de Felipe González quedaron resultas en las elecciones del 3 de marzo" de 1996. En cuanto a los posibles problemas judiciales que pudieran sobrevenirle, aseguró: "Ni los espero ni los deseo".

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