Reflexión de un 'zulo'
Soy un agujero angosto que me han hecho miserable y con mala conciencia, producto de la intolerancia y la sinrazón, auténtico reflejo de mis constructores, la antítesis de la arquitectura noble y humanizada. La misión que me han impuesto es la de coartar las libertades de las personas, de las víctimas inocentes que introducen en mi seno.Qué cruel paradoja, mi nombre es zulo (voz vasca), que en castellano quiere decir guarida; lugar oculto al que concurren animales a refugiarse, y, ocasionalmente, personas. Mayor contradicción conmigo no se puede dar, me han alterado mi propia esencia natural, en vez de albergar animales y a personas que necesitan de mí como refugio me obligan a la fuerza a ser prisión para personas en contra de su voluntad.
A los que me habéis alterado mi naturaleza de ser, os pido que me quitéis esta mala conciencia que llevo arrastrando por vuestra culpa. Hacedme el favor de devolverme la identidad que me habéis secuestrado, y que a su vez sirva para que encontréis la vuestra.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
