Blair y Jospin claman por una Europa social que acabe con el paro
Tony Blair y Lionel Jospin, las nuevas estrellas del socialismo europeo, se batieron ayer a fondo contra el actual proceso de construcción europea, que presentaron como una Europa monetarista construida a espaldas de los ciudadanos. Los dos hablaron con ánimo rupturista ante el congreso que sus correligionarios europeos celebran en la ciudad sueca de Malmoe y coincidieron en señalar que la máxima prioridad en la construcción de Europa debe ser acabar "con el escándalo de 18 millones de parados".
"Vayamos a la Europa social frente a la Europa económica", clamó elprimer ministro de Francia. "Podemos cambiar el curso de la construcción europea. O nos modernizamos o perecemos", dijo Jospin, quien añadió: "Necesitamos una Europa reformada que acabe con el escándalo de 18 millones de parados". Por su parte, Blair alertó: "El mercado único y la Unión Económica y Monetaria no funcionarán si no hay empleo".Ambos rompieron todos los tabúes ante padres de Maastricht, como Felipe González y Jacques Delors, y compañeros de ideología a los que Blair presentó como "de centro y centro-Izquierda", a la vez que les animó a apropiarse de supuestos valores conservadores, como la defensa de la familia o el imperio de la ley y el orden.
Jospin llegó a formular algunas proclamas nacionalistas que evocaron palabras de Margaret Thatcher cuando dijo que "Europa no puede dar respuestas a las aspiraciones de los distintos países, por lo que muchos problemas hay que solucionarlos en el marco nacional, que sigue siendo el lugar fundamental de la democracia".
Felipe González, que dijo sentirse como un dinosaurio ante el ímpetu del nuevo socialismo, encajó bien las diatribas lanzadas desde la tribuna. "Reflejan", dijo González, "el hartazgo de políticas deshumanizadas". Pero también advirtió que "si se incumple el tratado [de Maastrich], el horizonte de la moneda única será incierto".
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