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Una escombrera gigante se instalará en tres meses en el este de la ciudad

Antonio Jiménez Barca

El Ayuntamiento ya tiene preparada una solución para las miles de toneladas de tierras y escombros procedentes de obras que diariamente se vierten en la ciudad. En un lugar del este todavía no especificado (Vicálvaro, Hortaleza o Vallecas), los responsables de Limpieza y Medio Ambiente tienen pensado instalar una escombrera gigante con una particularidad ecológica: dispondrá de tecnología suficiente para que, un porcentaje aún no especificado de los restos se recicle.

El concejal de Limpieza, Luis Molina, cada vez que se entera de que se prepara una obra (nuevas ampliaciones del metro, nuevos tramos de la M-50, nuevas pistas en Barajas) se echa a temblar: %Dónde se va a poner la tierra que salga de ahí?"', se pregunta. Actualmente, en el término municipal de Madrid existen siete escombreras ilegales donde las constructoras depositan desechos de obras. La más conocida, la de Las Cárcavas, en Hortaleza, acumula el cargamento de ladrillos triturados y arena de 1.000 camiones al día.Para encauzar el asunto y encontrar un hueco a las toneladas de escombros que se avecinan, Molina y el concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, han pensado una solución "ecológica": construir al este de la ciudad, en un lugar todavía no determinado, pero que estará dentro de Vallecas, Vicálvaro u Hortaleza, un vertedero gigante de inertes. "Además, presenta una novedad", añade Molina: "en este nuevo vertedero se podrán reciclar materiales que luego servirán para otras construcciones". Tanto Molina como Loygorri opinan que esta escombrera empezará a funcionar "dentro de tres meses".

El nuevo vertedero de escombros dispondrá de cintas transportadoras, como tiene el de Valdemingómez, que sirven para que se separe la basura a fin de reciclarla. El concejal de Medio Ambiente' explica que muchos de los materiales de los escombros "se pueden aprovechar, ya que se convierten en grava y sirven para construir otras cosas, carreteras, por ejemplo".El responsable de Limpieza se reúne desde hace tiempo con representantes de la Comunidad de Madrid para "coordinar entre todos el problema de los escombros". Dicho de otra manera: Molina solicita a los distintos municipios de la región "que contribuyan y dejen espacio para escombreras legales; de las obras de Madrid se benefician todos, y no digamos de la M-50", añade.Atento al hueco

El problema de encontrar sitio para dejar las toneladas dedes perdicios de las obras empuja a Molina a estar atento a cualquier hueco que le proporcionan los concejales de distrito:

"Hace un tiempo me enteré de que el concejal de Moncloa iba a comprar unas toneladas de tierra para rellenar una vaguada, y allí me presenté yo, diciéndole que le daba el relleno gratis", cuenta.

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Además del nuevo vertedero, tanto Molina como Loygorri preparan una nueva ordenanza que regule, entre otras cosas, el transporte y el almacenaje de escombros. "Actual mente, es un caos", dice Molina, que busca algunas soluciones: "Por ejemplo, estamos pensando que las empresas que transporten escombros necesiten una licencia extra: así las controlamos más, y si tienen multas pendientes se les deniega", comenta Molina. El año pasado, la Patrulla Verde de nunció en 2.299 ocasiones vertidos ilegales de escombros.

Dimisión por las Cárcavas

El portavoz de Medio Ambiente de IU en la Asamblea, Julio Setién., pidió ayer la dimisión de los responsables municipales de Limpieza, Luis Molina, y de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, por el funcionamiento ilegal del vertedero de Lasi Cárcavas, según Europa Press. Los dueños de dicho vertedero van a ser juzgados por un presunto delito contra el medio ambiente. Loygorri dijo ayer que, desde el punto de vista medioambiental, el vertedero "es legal". "El Plan General arreglará las irregularidades urbanísiticas", añadió.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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