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La OTAN nombra al español Westendorp alto representante internacional para Bosnia

Estados Unidos advirtió ayer a los protagonistas del conflicto de Bosnia que no está dispuesto a asistir impasible al deterioro de los acuerdos alcanzados hace 18 meses en Dayton. La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albrigth, se reunió en Sintra con los tres miembros de la presidencia rotatoria de Bosnia -Alia Izetbegovic, Kresimir Zubak y Momcfio Krajismic- para exigirles un mayor compromiso en la, aplicación de los acuerdos de paz, que incluye la persecución de los criminales de guerra. En este ambiente, no exento de preocupación por el futuro de Bosnia, el diplomático español Carlos Westendorp fue designado ayer alto representante internacional en el país balcánico.

Una antigua abadía barroca, rodeada de campos de golf como parte que es de un lujoso complejo hotelero en las proximidades de Sintra, ha sido el escenario en el que, primero la OTAN, y después el Comité para la Aplicación de los acuerdos de Paz, han lanzado su mensaje de advertencia a los protagonistas del conflicto de Bosnia. Y por si había alguna duda de quién manda, ha sido la voz enérgica de Madeleine Albrigth la que ha se ha oído alta y clara. A la fuerza de aplicación de la paz (Sfor), unos 30.000 soldados -de ellos más de un millar españoles-, le queda un año de presencia en Bosnia, dijo Albrigth, y añadió: "No estamos dispuestos a perder el tiempo. Estamos decididos a mejorar la situación actual, no a limitarnos a mantenerla. No nos vamos a conformar con nada que no sea el pleno cumplimiento de los acuerdos de Dayton".La diplomática norteamericana confirmó la decisión irrevocable de su país de concluir la misión de la Sfor en Bosnia dentro de 12 meses, por lo que quiere asegurar que cuando la retirada se produzca no vuelva a rebrotar la violencia. "Por este motivo, EE UU ha solicitado un reforzamiento de los aspectos civiles de los acuerdos de Dayton. Los riesgos de incumplir esa responsabilidad son mayores que los de aceptarla", añadió.

El eje del plan norteamericano para impulsar el decaído proceso de paz es llevar ante la justicia a los criminales de guerra, para lo que necesitan la colaboración, hasta ahora tímida, de las autoridades de Bosnia, Serbia y Croacia. El nuevo ministro británico de Asuntos Exteriores, Robin Cook, expresó el jueves su convencimiento de que no habrá una paz duradera en Bosnia mientras los criminales de guerra no paguen por sus atrocidades.

Javier Solana, secretario genera de la OTAN, señaló en su discurso ante el comité que, pese a los esfuerzos realizados en los últimos 18 meses, "la ley y el orden, la libertad de movimientos y el funcionamiento de las instituciones comunes" están lejos de haber sido conseguidas.

La delicada misión de alcanzar estos objetivos es la tarea que espera a Carlos Westendorp, que fue ayer designado como sucesor del sueco Carl Bildt como alto representante internacional para asuntos civiles en Bosnia. El pulso que mantuvo Italia, y concretamente su ministro de Asuntos Exteriores, Lamberto Dini, con la mayoría de los miembros de la Alianza contra el nombramiento el ex ministro español tuvo mucho de ataque de celos. Los italianos no sólo están molestos por la numerosa presencia de españoles en altos cargos internacionales, sino que se sienten irritados por los aires de gran potencia europea que, en su opinión, le ha entrado al Gobierno español en los últimos meses. A ello no deben ser ajenas las veleidades del presidente José María Aznar, que en su reciente visita a Washington confesó su pretensión de convertir a España en la "cuarta potencia europea".

Dini, que abandonó Sintra el jueves tras lanzar un rotundo no a Westendorp con la excusa de que el cargo exigía una persona de alto nivel -un ex primer ministro a ser posible-, ayer tuvo que dar su brazo a torcer, esta vez por teléfono. La soledad en que había quedado Italia desaconsejaba mantener una posición indefendible.

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