España pierde la batalla por la secretaría general de la Comisión

La Comisión Europea nombró ayer al holandés Carlo Trojan como su nuevo secretario general, el principal cargo después de los comisarios. El nombre de Trojan fue propuesto con gran insistencia por el presidente, Jacques Santer, imponiéndose al, del español Eneko Landaburu. Los comisarios españoles, Manuel Marín y Marcelino Oreja, expresaron su reserva.Oreja y Marín objetaron que la decisión era precipitada, porque, aunque se cumplían los tiempos legales, el plazo de presentación de candidaturas sólo había finalizado el martes, ni tan sólo 24 horas antes. Propugnaron adoptar un mayor plazo de reflexión y aludieron a la conveniencia de que el secretario general obtuviese el puesto por unanimidad, lo que ayer resultaba imposible, informaron fuentes de la Comisión.

En el único relevo registrado en este cargo, el del mítico francés Camille Noel por el británico David Williamson -que acaba su mandato el próximo mes de julio- la decisión se maduró durante semanas.

Pero la mayoría prefirió satisfacer la precipitada propuesta de Santer para "demostrar la confianza" en el presidente. Alguno aludió a que Trojan -cuya experiencia anterior se limita a la de jefe de gabinete conocía bien la secretaría por ser el actual secretario adjunto.

Otros, como la alemana Monika Wulf-Mathies, encomiaron "la excelente labor" de Landaburu como director general de Política Regional, cuya vacante sería difícil de llenar. En el ambiente pesó la importante presencia de españoles en altos cargos internacionales.El Gobierno español, y especialmente el secretario de Estado para la UE, Ramón de Miguel, han apoyado la candidatura de Landaburu, quien ha salido reforzado dentro de la Comisión, pese a no obtener el puesto deseado por España. Pero una fuente muy cercana a Santer argumentó ayer que "Aznar se despertó demasiado tarde" en el apoyo a su candidato, pues "Holanda llevaba ya más de seis meses de campaña muy activa".