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Pujol advierte al Gobierno del PP que no le ponga "en una situación imposible"

Jordi Pujol llamó ayer al Gobierno a que serene el clima de crispación y evite colocar a la coalición nacionalista "en una situación imposible" en su política de apoyo parlamentario al Ejecutivo. Ante un nutrido grupo de empresarios, el dirigente catalán reconoció la necesidad de resolver problemas pendientes, como "el tema de los fiscales, el de los jueces, y el de las relaciones entre los jueces y los medios de comunicación, para intentar poner orden", pero advirtió que esto "requiere que el Gobierno sepa lo que debe hacer y no se meta donde no le corresponde.

Definitivamente, el presidente de la Generalitat no pedirá la cabeza del portavoz del Gobierno, Miguel Angel Rodríguez, cuando mañana se entreviste con el jefe del Ejecutivo, José María Aznar, en La Moncloa. La posición definitiva de los nacionalistas se acabó de diseñar en una reunión del secretariado permanente de Convergéncia celebrada en la noche del martes. Los dirigentes nacionalistas analizaron críticamente la lluvia de declaraciones procedentes de sus filas, que calificaron de "caótica", informa Carles Pastor.La avalancha de peticiones de dimisión de Rodríguez que salió el martes de la boca de parlamentarios nacionalistas la atribuye la dirección de CDC a la incomodidad que les produce "ir del brazo del PP" y a la "falta de serenidad" de algunos, pero no a un objetivo real de la coalición. Pujol ha pedido moderación a su gente, porque no quiere que su encuentro con Aznar se vea enturbiado por una polémica abierta de CiU con el PP.

Precisamente, fuentes de La Moneloa informaron ayer que Aznar le trasladará a Pujol, cuando se reúna con él, la necesidad de que modere lo que considera declaraciones "excesivas y poco prudentes" de miembros de CiU realizadas a raíz de las amenazas recibidas por el presidente de Antena 3 Televisión, Antonio Asensio.

El combativo diputado Josep López de Lerma, que el martes había equiparado la crisis actual con la que llevó a CiU a romper con el PSOE en 1995, se encargó ayer de expresar una actitud más contemporizadora: "La principal preocupación de CiU es ayudar en la medida de lo posible a terminar con el actual clima de crispación", declaró. "Nuestro apoyo [al Gobierno], hasta estos momentos, está sólidamente basado", agregó.

Rodríguez no piensa dimitir

Tampoco el Gobierno está dispuesto a sacrificar a su portavoz. Ni siquiera el propio Miguel Ángel Rodríguez lo ha facilitado poniendo su cargo a disposición del presidente. Es más, Rodríguez contó ayer con el aval público de uno de los ministros más prestigiosos del Gobierno, Rodrigo Rato. El vicepresidente económico dijo ayer que el Ejecutivo no ha amenazado a nadie. "Yo creo al señor Rodríguez, y en este sentido ratificó sus palabras de que el Gobierno no tiene ninguna intención ni ha amenazado nunca a nadie".El secretario general del Grupo Popular, Gabriel Cisneros, también respaldó a Rodríguez, pero con otros argumentos. En referencia al próximo encuentro entre Aznar y González, dijo en el Congreso: "Hay una agenda de asuntos en la que no me parece verosímil que tenga cabida el cuestionamiento de un colaborador que está en el ámbito de la confianza del presidente del Gobierno". Si se pidiera su dimisión, agregó, "se produciría de forma automática el fortalecimiento de la posición del secretario de Estado y estoy seguro que no es ése el objetivo que busca el señor González".

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Pujol viaja a Madrid con objetivos para él más prioritarios que pedir explicaciones por In amenazas a Asensio. Por supuesto, el líder nacionalista pedirá a Aznar que desde el Gobierno no se genere crispación y le advertirá del riesgo de dilapidar con polémicas estériles sus triunfos en materia económica y europea. "Con el calendario judicial que se avecina, si no apagamos ahora el fuego no llegamos a fin de año", opinó un colaborador de Pujol.

Pero el objetivo fundamental del presidente catalán sigue siendo garantizar el cumplimiento íntegro del pacto de gobernabilidad. Fuentes de CDC confirmaron que Pujol advertirá a Aznar que no dé por hecho que los nacionalistas votarán los Presupuestos para 1998, pero es consciente de que se trata de una advertencia con poca fuerza. "Resulta impensable que nosotros dejemos de votar los Presupuestos de Maastricht y sabemos que ellos lo saben", reflexionaba ayer un dirigente de la coalición nacionalista. "Pero el PP se equivoca si cree que el incumplimiento del pacto no va a tener repercusiones futuras", agregó.

La Moncloa afirmó ayer que la financiación de la sanidad es ,un problema que "está encauzado" y que tan sólo les separan problemas técnicos. El próximo miércoles hay una reunión entre diputados de PP y de CiU para impulsar un acuerdo. La subcomisión parlamentaria que estudia la reforma sanitaria termina su tarea el 30 de este mes. Ésta es la principal cuestión pendiente del pacto de gobernabilidad de CiU con el PP, aunque interesa también a otras autonomías, especialmente Andalucía.

Pero quedan otros focos de conflicto. En el Parlamento de Cataluña los populares han renunciado a plantear una batalla lingüística en defensa de la ensenanza en castellano, pero queda pendiente la actitud del PP ante la votación, el día 20 en el Congreso, de una proposición no de ley que certifica la unidad entre catalán y valenciano, un asunto sensible para el catalanismo. El presidente valenciano, Eduardo Zaplana (PP) calificó ayer de "absurda" esa iniciativa, que atribuyó a una maniobra de la izquierda.

El "cáncer" de España

Hablando en la inauguración de la segunda edición de los Encuentros Empresariales, un foro de debates que congregó ayer en Barcelona a más de 400 empresarios organizados por Coopers & Lybrand, el diario Cinco Días y Banesto, Pujol invitó a los políticos a recobrar el sosiego y acabar con la crispación, que definió como "un auténtico cáncer para la sociedad española". El líder nacionalista advirtió que la persistencia de la crispación "podría quebrar la perspectiva brillante" de la entrada de España en la moneda única europea.El presidente de la Generalitat estimó excepcional la evolución económica española de los últimos años, pero reclamó calma política. También confesó "sentir ridículo y fatiga" por su "sermón impotente contra la crispación". "En política, la voluntad de destrucción del adversario ha representado un grave quebranto para este país", dijo.

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