300.000 peregrinos en el 80 aniversario del santuario de la Virgen de Fátima
Debate para conciliar intereses económicos y respeto al culto
Cerca de 300.000 peregrinos celebraron ayer en Fátima el 80 aniversario de la primera aparición de la Virgen a tres jóvenes pastorcillos en la Cova de Iria. Durante estos actos, el rector del santuario portugués, monseñor Luciano Guerra, reconoció que no es fácil "conciliar las tentaciones economicistas" con el respeto que merecen los santos lugares de culto. El obispo de Díli, Carlos Ximenes Belo, que fue galardonado este año con el premio Nóbel de la Paz por su defensa de la causa timorense, reclamó ayer en Fátima "la paz, el perdón y la reconciliación entre todos los hombres".
Los incalculables intereses económicos que se mueven en torno a las "ciudades-altar" han sido objeto estos días de una reunión que ha congregado en Fátima a los máximos responsables de los centros europeos de peregrinación.Durante el 80 aniversario de las apariciones de la Virgen, los rectores y alcaldes de Fátima (Portugal), Lourdes (Francia), Loreto (Italia), Czestochowa (Polonia) y Altting (Alemania) intercambiaron criterios para intentar desvincular, o al menos atenuar, los evidentes intereses económicos que rodean a estos centros internacionales de culto religioso.
Un ejemplo de la magnitud de tales intereses lo constituye el propio santuario de Fátima al que acuden cada año cerca de cinco millones de peregrinos que tienen que alojarse en los cerca de veinte hoteles y más de 80 pensiones que están distribuidas en torno a dicha basílica (un total de 10.000 camas, 1.000 de las cuales son propiedad de la Iglesia lusa). Aproximadamente 500 comercios venden millones de recuerdos religiosos, lo que supone miles de millones de beneficios cada año.
Falta de cooperación
Los responsables de estos cinco santuarios europeos analizaron en estos debates, entre otros asuntos, "el escaso número de visitantes extranjeros, su reducido tiempo de permanencia (en las ciudades), la ausencia de cooperación entre los centros y sus municipios, y la futura promoción de las peregrinaciones".
El rector de Fátima se mostró confiado en resolver "los problemas inmobiliarios" existentes y la "fuerte presión" económica que se deja sentir en ese término municipal.
El alcalde de Ourém, (del que depende Fátima), David Pereira Catarino, reconoce la importancia del santuario en la boyante economía de la zona y advierte sobre la necesidad "de no matar la gallina de los huevos de oro".
Por su parte, el obispo de Leiria-Fátima, Serafim Serreira e Silva, trasmitió ayer un comunicado del Papa en el que Juan Pablo II informó a los presentes que la Virgen de Fátima seguirá velando por sus fieles en el próximo milenio.
El arzobispo de Colonia, el cardenal Meisner, oficiante de la misa, llamó la atención sobre la división organizada en el mundo en torno "a la derecha y la izquierda" sin tener en cuenta otra importante línea divisoria que existe en el planeta: "la de arriba y la de abajo".
Durante los actos, cerca de 6.300 personas recurrieron a los servicios de confesión administrados por el santuario y 11.291 recibieron apoyo de los equipos de ayuda al peregrino. De éstos últimos, 738 fueron auxiliados en los puestos de socorro y 552 fueron ingresados en los servicios de enfermos que solicitan la bendición.
La Capilla de las Apariciones proporcionó 1.262 lavapiés y 2.036 peregrinos fueron cumplimentados con penitencias.
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