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CRISPACIÓN EN LA VIDA POLÍTICA

El 'numero dos' del Ejecutivo cambia su primera versión sobre el encuentro con el abogado de los ex polícias

Luis R. Aizpeolea

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, ofreció ayer una nueva versión del encuentro que presuntamente mantuvo con Jorge Manrique, abogado de los ex policías Amedo y Domínguez, en presencia del director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez. El viernes, Cascos eludió comparecer en rueda de prensa y se refugió en la cadena Cope para proclamar que jamás se había reunido ni con Amedo ni con Domínguez, en contra de lo que había asegurado Felipe González. Negó incluso que hubiera enviado emisarios a ambos condenados en el caso GAL para prometerles beneficios penitenciarios a cambio de que declarasen contra el entonces presidente del Gobierno. Ayer, sin embargo, rehuyendo de nuevo la rueda de prensa, Cascos evitaba en Onda Cero ambos extremos. Ahora, ni confirma ni niega la reunión. Más bien dio a entender que sí se celebró al afirmar que él no tiene por qué explicar su agenda ni su actividad normal.Pero no sólo cambió su versión Álvarez Cascos. También el Gobierno dio ayer un giro a la estrategia de tono bajo ensayada por su presidente José María Aznar en el mitin de las Nuevas Generaciones del PP del pasado domingo, tras afirmar Felipe González que Cascos propuso al abogado de Amedo y Domínguez el indulto para sus defendidos a cambio de inculparle en el caso GAL. Tras la habitual reunión de los lunes en La Moncloa, la cúpula del PP optó por retar a González a que acuda al Parlamento a exponer las pruebas que tiene sobre la presunta intervención de los populares en el intento de implicar al ex presidente en la guerra sucia. Incluso fue más allá al desafiar a los socialistas a que reabran la comisión de investigación sbre los GAL, enterrada al inicio de la legislatura cuando el PP decidió "pasar página".

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La cúpula del PP asegura que está dispuesta a reabrir el debate parlamentario sobre la guerra sucia, y advierte que, de hacerse, serían ahora los populares, y no los socialistas, quienes establecieran las reglas del juego. "No estamos dispuestos a entrar en un debate en el que sea Cascos el que tenga que dar las explicaciones sobre los GAL. El debate al que estamos dispuestos es el que verse sobre las responsabiliades políticas de Felipe González y su Gobierno", manifiestan desde el Partido Popular.

La dirección del PP pretende con este giro neutralizar a los socialistas, que, a su juicio, tratan de desviar, la atención sobre los próimos juicios por escándalos diversos -Roldán, Filesa, GAL...- salpicando a otras fuerzas políticas con las acusaciones contra Álvarez Cascos. Cree el PP que la reapertura del debate sobre los GAL, en estas condiciones, perjudica al PSOE.

Cascos, pese a ello, no desmintió ayer la grave acusación de Felipe González sobre su reunión con el abogado de los policías Amedo y Domínguez antes de que Aznar llegara a La Moncloa, pero tampoco se atrevió a confirmarlo. Sus cautelas, cuando el propio Amedo confirma tal reunión, se explicarían porque el reconocimiento explícito de que ofreció a los policías el indulto a cambio de la implicación de González sería objeto de delito.

La consigna de la cúpula del PP tuvo su eco en las declaraciones de varios ministros, incluidos los más moderados. Mariano Rajoy, de Administraciones Públicas, dijo, dirigiéndose a Felipe González, que "deje en paz al Gobierno y asuma sus responsabilidades judiciales".

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