El PNV quiere rebajar el IRPF para pequeños empresarios y profesionales

El PNV lanzó ayer una iniciativa para rebajar en Vizcaya el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a unas 35.000 empresas familiares y a los profesionales, que en conjunto declaran en este territorio unos rendimientos netos en torno a 65.000 millones de pesetas. La principal modificación consistirá en suprimir el módulo por el que se imputan beneficios de dos millones de pesetas anuales por cada asalariado.Este módulo fue calificado por Fernando Olmos, responsable de la Hacienda Foral de Vizcaya, de "impuesto sobre el empleo". Olmos aseguró que las modificaciones en el IRPF pretenden "promover la creación de empleo y atajar el fraude".

La reforma entrará en vigor, previo acuerdo con las haciendas forales de Álava y Guipúzcoa, el próximo 1 de enero. La mitad de las microempresas de Vizcaya (la gran mayoría de las que existen en el País Vasco) se acogen a unos criterios fijos o módulos para calcular su contribución por el IRPF, independientemente de los beneficios realmente obtenidos. Los principales baremos son el número de trabajadores, el consumo de energía y la superficie de las instalaciones.

Olmos señaló que se suprimirán los dos millones de pesetas de rendimiento neto que, según el criterio vigente, se imputan al empresario por cada asalariado. Además, se otorgarán otros beneficios, aún sin determinar, para quienes creen nuevos empleos fijos.

El objetivo, según Olmos, es doble, crear puestos de trabajo fijos y poner coto al fraude "sistemático" en el IRPF. El responsable de Hacienda en Vizcaya aseguró que la recaudación obtenida por el sistema de módulos, unos 10.000 millones de pesetas el año pasado, no descenderá. "Al generarse nuevos empleos, la base [de contribuyentes] crecerá y tendremos más ingresos", apuntó Olmos en una conferencia de prensa celebrada en Sabin Etxea, la sede central del PNV.

Los cambios conllevarán la obligación para estos pequeños empresarios y profesionales de utilizar libros contables, algo que no es obligatorio hasta la fecha. Según la Hacienda de Vizcaya, los libros no servirán para que profesionales y pequeños empresarios tributen por lo que realmente ganan, sino para controlar mejor a clientes y proveedores y facilitar la lucha contra el fraude.