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Hallados en un hospital de Rumania los cuerpos de 47 niños en formol

El macabro hallazgo de casi medio centenar de niños conservados en formol ha impactado en la sociedad rumana cuando todavía no se han apagado los ecos del escándalo provocado cuando un enfermo fue arrojado desde una ambulancia tras ser rechazado en varios hospitales. Los médicos hablan de falta de fondos incluso para los enterramientos, y las autoridades anuncian investigaciones, remitiendo toda la responsabilidad a la época del dictador Nicolae Ceausescu.

Los cuarenta y siete cadáveres de niños con edades comprendidas entre un mes y tres años fueron descubiertos ayer en un hospital de la localidad rumana de Cluj. Los cuerpos se encontraban sumergidos en el interior de una cuba de un metro y medio de profundidad llena de formol, según reveló un portavoz de la policía.El escándalo motivado por este hallazgo se ha sumado a otro reciente en el que un enfermo murió tras ser arrojado al asfalto en medio de la calle desde una ambulancia en Bucarest, otra muestra de las carencias que padece el sistema sanitario rumano.

Por qué los niños no fueron enterrados y sí conservados en formol podría explicarse por los problemas financieros de sus familias, las complicaciones administrativas para identificar a los cadáveres -requisito imprescindible para la inhumación- y la ausencia de los equipos frigoríficos necesarios en el hospital pediátrico de Cluj. Los médicos del hospital justificaron la utilización de formol en la falta de fondos para proceder a los enterramientos, aunque desde el Ayuntamiento se informó de que en el presupuesto del hospital existe un capítulo aparte para los sepelios de personas sin fondos.

Los cuerpos corresponden a 28 niños y 19 niñas, todos ellos con la autopsia practicada. La muerte más antigua se remonta a 1990. La mayor parte de los bebés fueron abandonados nada más nacer y, por tanto, no se dispone ni siquiera de una partida de nacimiento. A pesar de esto, la policía se muestra optimista. "Algunos cadáveres han sido ya identificados gracias a un brazalete que portaban", afirmó un portavoz policial. Por su parte, el coronel encargado de la investigación cree que existen suficientes elementos para conocer el nombre y procedencia de todos los niños."Este asunto, aunque macabro, es del todo legal", declaró un responsable del Ministerio de Sanidad. "El hospital de Cluj no dispone de las estructuras necesarias y otros sí. No nos podemos hacer responsables de las carencias que datan de hace diez años, de la época aberrante de Ceausescu", añadió. Las contradicciones entre todas las partes implicadas en el caso no han ayudado a disipar las sospechas de que los cuerpos hubieran podido ser utilizados para diversos experimentos o incluso que se pueda tratar de un caso de tráfico de órganos.El escándalo de Cluj ha salido a la luz después de otro ocurrido el pasado 22 de abril, cuando Constantin Nika, de 47 años, un enfermo de tuberculosis, fue arrojado a la calle desde una ambulancia en Bucarest después de haber sido rechazado por numerosos hospitales.

Varios directores de hospital fueron implicados en el caso, y la enfermera que tomó la decisión de abandonar a Nika fue detenida y acusada de homicidio "por falta de asistencia a una persona en peligro". La enfermera podría ser condenada a siete años de cárcel. La prensa exigió la dimisión del ministro de Sanidad, Stefan Dragulescu, por lo que éste se vio obligado a ordenar una investigación oficial.

Los menores son los más afectados por la crisis en que se halla sumido el país. Rumania se ha convertido en uno de los puntos estratégicos en el tráfico de niños destinados a adopciones. Las condiciones de los orfanatos son dantescas, y en ocasiones los niños pequeños no pueden ser alimentados porque los mayores les disputan y arrebatan la poca comida que hay disponible.

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