Los trabajadores chinos pierden su confianza en el partido comunista
(REUTER)
Recientes investigaciones realizadas entre los trabajadores chinos han revelado la gran pérdida de confianza que se ha producido hacia el Partido Comunista Chino (PCCh) y el futuro del socialismo. Cada vez más, los trabajadores vuelven su mirada a la religión. "Un considerable número de miembros del partido no se reconocen realmente, en su fuero interno, como miembros del partido", señala la revista Tendencias Ideológicas Modernas en su última edición, que salió ayer al mercado.
"Han abandonado la realización del comunismo como su mayor ideal", continúa. "Ésta es la actitud de un considerable número de trabajadores, y esta actitud se está extendiendo día a día". La revista cita una serie de encuestas de opinión oficiales realizadas entre trabajadores por el secretariado del partido comunista y la Federación de Sindicatos de Toda China desde 1982 para demostrar la paulatina pérdida de confianza en el poder comunista.
Una encuesta de 1982 mostraba que el ideal principal de los trabajadores era la realización del comunismo, mientras que el asegurar una vida mejor para su familia estaba en quinto lugar. En 1996, estas escalas de valores han dado la vuelta.
Una encuesta realizada el pasado año por la federación de sindicatos muestra que el número de personas que eligió la realización del comunismo como ideal prioritario había caído al 29,42%, desde el 69,9% en 1982, o el 57,82% en 1986. En 1992, la cifra era del 42%.
En 1996, los que situaron a la familia como principal prioridad aumentaron al 40,11%, no muy lejos de aquellos interesados en el comunismo. "Al mismo tiempo en que están disminuyendo los ideales de los trabajadores, su creencia en la religión está aumentando", señala la revista.
El número de trabajadores que tiene creencias religiosas ha subido al 9,4%, señaló la revista, aunque sin ofrecer comparación con otros datos.
Realmente, ningún trabajador chino admitiría sus creencias religiosas después del fin de la Revolución Cultural (1966-1976), cuando la religión fue calificada como el opio del pueblo y los creyentes fueron perseguidos.
La encuesta también refleja que en 1996 el 53,09% creía que China continuará el camino socialista, aunque esto fuera un objetivo difícil. Supone una caída de 20,07% con respecto a 1991. En proporción, los más pesimistas sobre el socialismo aumentaron en un 18,23%
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