El FBI atribuye a un fallo mecánico el siniestro del avión de la TWA

Sin llegar a descartar del todo el sabotaje como causa de la tragedia del vuelo 800 de la TWA en el que murieron 230 personas el pasado verano, el director del FBI, Louis Freeh, manifestó ayer que las pruebas del caso apuntan a un "catastrófico fallo mecánico". Freeh también subrayó la necesidad de cerrar ya de una vez por todas la investigación sobre el accidente."Las pruebas no apuntan en dirección de un atentado terrorista", afirmó Freeh en una comparecencia en el programa de televisión Meet the press, de la cadena estadounidense NBC. "De hecho, apuntan en dirección contraria", dijo. Las declaraciones de Freeh se hacen eco tanto de la opinión de su segundo y jefe de la investigación, James Kallstrom, como del Consejo Nacional de Seguridad del Transporte, de que el Boeing 747 se desintegró por culpa de una explosión provocada por electricidad estática o una chispa en el depósito central de combustible, y no por una acción terrorista, como se había sugerido en los primeros momentos de la catástrofe. El vuelo 800 de la TWA cayó al Atlántico en julio del año pasado, poco después de despegar del aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy con dirección a París.