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BARCELONA

Faenón de Canales Rivera

Había que ver a Canales Rivera dar la vuelta al ruedo al finalizar la, corrida, con la oreja en la mano y con lágrimas en los ojos. ¿Qué había pasado? Pues qué antes del estoconazo final había dado dos pinchazos, lo que hizo que se esfumase el segundo trofeo y la consiguiente puerta grande. Al torero le habrá sabido mal, lógicamente, y al público también, porque faenas como la de Canales a ese bravo toro de Murteira entran pocas en libra. El diestro vio pronto la calidad del animal, lo lanceó muy bien a la verónica y lo llevó galleando al caballo. El muleteo lo inició de rodillas y luego todo fue un dechado de verdad, torería, temple y mando. Señores, no se puede torear mejor. Faena para hacer cavilar a su primo Rivera Ordóñez y a todos los demás. ¿Y ese caballero no es todavía una figura del toreo? ¿Pues a qué esperan los que deciden estas cuestiones? Desde luego, si repite esto o algo parecido, lo tiene fácil: será un figurón del toreo.Nunca mejor dicho lo de que hasta el final nadie es más dichoso, porque la corrida se deslizaba por cauces no demasiado brillantes, debido a lo descastado del encierro de una ganadería que tiene fama, precisamente, de todo lo contrario. Canales ya lo había intentado en su primero, mientras éste se lo permitió. Y José Ignacio Sánchez, con muy buenas maneras, estuvo aseado con su manso primero, con el que no podía existir emoción, y toreó muy bien con la derecha (el buen pitón del toro) al cuarto, con el que, cosa no habitual en este diestro, comenzó el muleteo de rodillas. Acabó de pinchazo y estocada, y desde luego mereció mejor premio que el obtenido.

Murteira / Sánchez, Cervantes,

CanalesToros de Murteira Grave, con cuajo pero pobres de cabeza, flojos y descastados, a excepción de último, bravo y noble. José Ignacio Sánchez: silencio y silencio. Paco Cervantes, nuevo en esta plaza: ovación y vuelta al ruedo. Canales Rivera: silencio y oreja. Plaza Monumental, 4 de mayo. Un cuarto de entrada.

En cuanto al debutante Paco Cervantes, mostró una gran voluntad toda la tarde. El muleteo a su primero fue limpio y también destacó con la diestra en el platillo. El toro era flojo, pero noble, aunque no humillase. El quinto no podía con los muchos kilos y además tenía muy poca casta. El hermano del matador, Alfredo, lo banderilleó brillantemente y Paco dio muchos pases, con gran decisión, aunque falto de acoplamiento. Un estoconazo hizo que algunos incondicionales solicitasen la oreja, pero como no había mayoría el presidente hizo bien en no concederla. Lo bueno vendría minutos después, con la extraordinaria faena de Canales Rivera.

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