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Nube de antimateria en la Vía Láctea

La radiación medida se debe al choque de electrones y antielectrones

Una inesperada nube de positrones, partículas de antimateria, ha sido descubierta elevándose hasta una distancia de unos 3.000 años luz sobre el disco de la Vía Láctea, nuestra galaxia. Su origen es un misterio. "La nube de antimateria puede haberse formado por explosiones estelares en la región central de la galaxia, por chorros de materia expulsados del entorno de un agujero negro próximo al centro galáctico, por la fusión de dos estrellas de neutrones o proceder de una fuente diferente", ha comentado James Kurfess, del Naval Research Laboratory.El descubrimiento se ha dado a conocer en el cuarto simposio Compton, que se está celebrando en Williainsburg (EE UU). Cinco instituciones científicas han participado en la investigación, basada en datos tomados desde el pasado mes de noviembre.

"Es como encontrar una nueva habitación en la que has vivido desde niño", ha comentado Charles Dermer, uno de los investigadores, "y la habitación no está vacía, tiene algún motor o caldera que produce gas caliente lleno de antimateria de aniquilación".

El mapa de rayos gamma, en cuya elaboración ha surgido la nube de antimateria, se ha hecho con el Observatorio Compton de Rayos Gamma, un satélite científico de la NASA lanzado al espacio en 1991. A bordo va un detector muy sensible a los rayos gamma generados en la aniquilación de positrones -antielectrones-, las partículas elementales de antimateria que son iguales a los electrones normales, pero con carga eléctrica opuesta.

La concentración de antimateria en la nube, que se eleva como una pluma desde el centro galáctico, es extremadamente difusa. Los científicos creen que sólo hay en ella positrones, y no antiprotones o átomos de antimateria, informa The New York Times. Aunque se crea antimateria en los laboratorios en la Tierra, incluso antiátomos, nunca hasta ahora se ha detectado inequívocamente en el universo.

La radiación ahora medida tiene una energía de 511.000 electrovoltios, unas 250.000 veces más que la luz visible, y se generan cuando los positrones y los electrones chocan y se aniquilan convirtiéndose toda su masa en energía, según la famosa fórmula de Einstein E = mc2. La antimateria no se observa directamente con el satélite Compton, pero la aniquilación de materia y antimateria produce rayos gamma exactamente en el rango de energía que se ha detectado.

Agujero negro

El centro de la Vía Láctea está a una distancia de 25.000 años luz de la Tierra en dirección a la constelación de Sagitario, y no se ve por las nubes de polvo y gas que la velan; polvo y gas que es transparente, sin embargo, para los rayos gamma. Los positrones se pueden crear por desintegración natural de elementos radiactivos producidos en explosiones estelares. También podrían crearse estas antipartículas al caer materia en el campo gravitatorio extremadamente intenso de un agujero negro.

Desde hace dos décadas, los astrofísicos han detectado rayos gamma en la dirección del centro galáctico en el rango de energía que indica aniquilación de positrones. Una posibilidad que muchos han barajado es que esa radiación se origine en la vecindad de un agujero negro apodado el gran aniquilador, en el centro de la Vía Láctea o cerca de él.

Uno de los aspectos del descubrimiento de la nube de antimateria que intriga a los científicos es por qué la fuente es asimétrica, es decir, por qué la pluma se eleva hacia el norte y no hacia el sur de la Vía Láctea, según ha explicado Kurfess. Una posibilidad es que una zona de baja presión ha generado un proceso parecido al que crea el agua hirviendo en un cacharro, lo que permitiría que la fuente de antimateria surgiese sólo en una dirección.

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