Telefónica propone a sus trabajadores adelantar la jubilación de 57 a 55 años

Telefónica ha propuesto a sus trabajadores la jubilación anticipada a los 55 años. La compañía ha lanzado la oferta a los sindicatos en la mesa de negociación del nuevo convenio colectivo de la compañía. El plan de bajas actualmente en vigor contempla la prejubilación para los empleados de Telefónica con 57 años o más. El adelanto de la edad de prejubilación, junto con el programa de bajas incentivadas en vigor, permitirían eliminar 20.434 puestos de trabajo hasta diciembre del 2001 y dejar la plantilla por debajo de 50.000 trabajadores a principios de siglo.

La última reunión de la mesa negociadora del convenio colectivo de Telefónica se celebró ayer y en ella se estudió la propuesta de la dirección sobre el adelanto de la edad de prejubilación en dos años hasta los 55. La propuesta recoge pagar el 75% del salario entre 55 y 57 años y el 85% a partir de los 57 hasta la jubilación definitiva. El objetivo es que la plantilla de Telefónica -67.217 a final de 1996- quede por debajo de 50.000 empleados a principios del próximo siglo, en línea con los objetivos anunciados por su presidente, Juan Villalonga, a inversores y accionistas. La empresa negó en una carta que estuviese pensando esta medida tras una información publicada por este periódico (véanse EL PAÍS de los días 7 y 8 de febrero). Ayer lo confirmaron fuentes sindicales y de la propia empresa.

Para lograr un ajuste de plantilla más severo al contemplado en la actualidad, Telefónica ha tenido en cuenta a los trabajado res que hoy tienen 51 años o más, ya que todos estos (18.108) podrían acogerse a la prejubilación hasta el 2001. Sumados a los que ya se han ido (2.326), acogiéndose al actual plan de ajuste, resultarían 20.434 trabajadores menos en el 2001. El plan aún vigente prevé 11.000 trabajadores en el mismo periodo.

Las jubilaciones son voluntarias y hasta ahora se han acogido más del 90%. La cantidad media recibida es de 15 millones de pe setas, según fuentes sindicales. Si es así, la aplicación del nuevo plan de prejubilaciones podría suponer más de 270.000 millones al final del periodo. En el fondo de provisiones, la empresa contaba a final del pasado año 52.000 millones y cada año destina al mismo cantidades necesarias para abordar las bajas. Medidas similares se están aplicando en France Télécom y Belgacom. Con ella, Villalonga conserva su palabra, ya que se comprometió a mantener a todos aquéllos que quisieran "compartir su proyecto de futuro". "De aquí no vamos a echar a nadie", ha asegurado repetidamente. La ampliación de prejubilaciones permite a Villalonga cumplir también su promesa a los inversores sobre un recorte significativo de los costes. Sin embargo, la oferta para la baja voluntaria que hace actualmente la compañía no está encontrando la respuesta esperada entre los trabajadores y esa es la razón por la que Villalonga encargó fórmulas rápidas para la reducción de costes. Al término de 1996, la dirección de Telefónica esperaba un mínimo de 304 bajas voluntarias y el número real no ha superado las 125. Los sindicatos reiteran que el problema está en la escasa cuantía ofrecida a los trabajadores que se acogen al plan y en el "enorme impacto fiscal" de la percepción de una "prestación claramente insuficiente".

Nuevo convenio

Fuentes sindicales aseguran que la empresa ha barajado la posibilidad de conseguir que hasta 1.500 trabajadores acepten la baja voluntaria en los próximos tres años, mejorando los incentivos. Una encuesta realizada por Telefónica entre sus empleados indica que el 70% de los demandantes de información sobre bajas incentivadas tienen otro trabajo, claro exponente de que el dinero ofrecido resulta insuficiente para quienes no tienen un complemento. Los sindicatos han conseguido arrancar el compromiso de una subida salarial del 2,6%, igual al IPC previsto para 1996. También negocian la revisión del plan estratégico y una nueva estructura de categorías laborales. El convenio tendrá una duración de uno o dos años.