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La Bolsa de Madrid rompe la barrera del 500% impulsada por la caída de los tipos de interés

La Bolsa de Madrid superó ayer el nivel del 500% en medio de la euforia de los inversores, que ven cómo la coyuntura financiera resulta cada día más favorable. El índice general de este mercado terminó la sesión en 504,41 puntos, con una ganancia de 6,05 (un 1,21%). Las previsiones de los analistas pronosticaban este nivel para el fin de año y ahora deberán ser corregidas, por segunda vez en cuatro meses, ante la velocidad de los acontecimientos. El Tesoro volvió a recortar ayer la rentabilidad de las letras a seis meses, cuyo tipo marginal se situó en el 5,363%, frente al 5,447% de la subasta del pasado día 9. El Banco de España, por su parte, mantuvo el precio oficial del dinero en el 5,50%.

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Cortas predicciones

El nivel de 500 puntos tiene, ante todo, un fuerte componente psicológico, debido a la relatividad del punto de partida. En términos absolutos significa que el conjunto' de los valores del índice general han multiplicado por cinco su cotización en poco más de 11 años, ya que la base en la que se sustenta este indicador se formó en diciembre de 1985. Desde entonces, y con pequeños paréntesis, la subida de la Bolsa se ha acompasado a dos factores fundamentales, el descenso de la inflación y la reducción de los tipos de interés. La. economía española se ha convertido en estos años en más permeable a la influencia europea, marchando de la mano con los países de la UE, y en es tos momentos pugna por uno de los puestos de cabeza para la puesta en marcha del euro. Para ello, deberá cumplir una serie de requisitos impensables hace 11 años.

Entre los malos momentos que ha atravesado el mercado de valores en este periodo hay que incluir las grandes crisis interna cionales, financieras y políticas, con un lugar relevante para dos de ellas, el crash bursátil de octubre de 1987 en Wall Street, cuyo lunes negro se contagió a todas las bolsas del mundo, y la invasión de Kuwait por Irak en 1990.

El intento de golpe de Estado en la antigua Unión Soviética en 1991 y el revés al naciente europeísmo con el "no" danés a los acuerdos de Maastrich en 1992 dieron paso a una fase más positiva, en la que la economía española inició una serie de ajustes, entre ellos dos devaluaciones de la peseta, que han llevado hasta la situación actual. Ahora se cumplen los requisitos de inflación y de tipos de interés para ingresar en primera instancia en el grupo de países del euro, al tiempo que se mantiene un severo ajuste presupuestario para tratar de aprobar en déficit y deuda públicos.

Resultados empresariales

También las empresas han efectuado duros ajustes en los últimos años, sobre todo laborales, que ahora se traducen en mejoras de los resultados y del trato la los accionistas. La mayoría de las sociedades incrementan las cifras destinadas a dividen dos, al tiempo que muchas de ellas disminuyen el número de títulos en circulación, con lo que las acciones que quedan reciben mayor retribución.

Otra de las políticas destina das a favorecer a los accionistas es la devolución de aportaciones, con baja fiscalidad, aumentando así entre los ahorra dores la sensación de que el dinero está mucho mejor remunerado en la Bolsa que en cualquier otra parte, algo que, en el fondo, y salvando. los riesgos es cierto.

La caída de los tipos de interés ha convertido la renta fija y los depósitos bancarios en productos inservibles para los inversores más inquietos. El Banco de España situó el precio oficial del dinero en el 5,50% el pasado día 15 -precio que mantuvo en la subasta de certificados de depósito de ayer- y las letras a un año tienen una rentabilidad del 5,34%. Ayer el Tesoro volvió a aprovechar la coyuntura para recortar la rentabilidad de las letras a seis meses 0,084 puntos, para situarlas en el 5,363%.

Hace menos de tres años, en junio de 1995, el precio oficial del dinero estaba en el 9,25%, la tasa de inflación interanual en el 5,1 % y las letras del Tesoro a un año ofrecían una cómoda rentabilidad del 10,30% anual. Los tipos de interés reales (descontada la inflación) superaban el 5% y hasta las cuentas de ahorro ofrecían rentabilidades capaces de competir con la incierta trayectoria del mercado de valores.

Aunque la inflación ha caído hasta niveles del 2,2% en tasa interanual, los tipos de interés reales resultantes son muy poco atractivos y en la Bolsa existen muchas sociedades que ofrecen rentabilidades por dividendo incluso mejores que la deuda del Estado. Al margen de esa "seguridad" del dividendo, está el convencimiento de los analistas financieros de una gradual incorporación de dinero al mercado de renta variable, precisamente como consecuencia de la pérdida de atractivo de los productos alternativos tradicionales.

Los fondos de inversión han experimentado ya ese cambio en los últimos meses, ante la demanda por parte del público de mejores rentabilidades, incluso a costa de asumir mayores riesgos, algo que la Bolsa ofrece a manos llenas. La privatización de grandes empresas públicas, unida al desmantelamiento de los viejos monopolios mediante la creación de sociedades competidoras, ha puesto de moda la Bolsa y ha hecho crecer el interés de los particulares, y no sólo de ellos. En los últimos días varios grupos pugnan por hacerse con la sociedad que actuará de competencia frente al antiguo monopolio telefónico.

La Bolsa, por una u otra razón, apunta hacia un futuro optimista que se ha ido perfilando a lo largo de los últimos años, aunque este proceso está generalizado en el mundo occidental. El auge y atractivo de los mercados financieros ha crecido mucho en este tiempo y también en ese aspecto los últimos 11 años han sido testigos de la puesta al día de la Bolsa española.

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